Caritas in veritate: Benedicto XVI anuncia las claves de su encclica social
El Papa a arzobispos: sed pastores ejemplares para guiar a los sacerdotes
El Papa Benedicto XVI inaugurar la Capilla Paulina restaurada
Dolor del Papa por el desastre areo en las Islas Comoras
Psame del Papa por la explosin de un tren en Italia
Benedicto XVI: las religiones no socavan la unidad de Vietnam
El palio simboliza las ovejas de Cristo y a Cristo mismo, dice el Papa
MUNDO
Obispos latinoamericanos piden la vuelta del orden constitucional en Honduras
Purificar la memoria, servir a la verdad, pedir perdn
La Iglesia participa en el Grupo para el Desarrollo de los Pueblos Amaznicos
ANGELUS
El Papa a los cristianos de Roma: Sed piedras vivas
DOCUMENTACIN
Benedicto XVI: La colaboracin entre Iglesia y Gobierno es posible
Caritas in veritate: Benedicto XVI anuncia las claves de su encclica social
Para un desarrollo integral y un progreso sostenibleCIUDAD DEL VATICANO, martes 30 de junio de 2009 (ZENIT.org).- “Caritas in veritate” (“El amor en la verdad”): Benedicto XVI ha confirmado el título de su tercera encíclica y ha anunciado su “próxima” publicación.
La encíclica social contiene una reflexión sobre las condiciones de un “desarrollo integral” y un “progreso sostenible”, explicó después de rezar el Ángelus este lunes en la plaza de San Pedro del Vaticano.
Se puede hablar de una encíclica “comprometida” porque el Papa se refiere al compromiso de los bautizados en estas áreas.
El presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, el cardenal Renato Raffaele Martino, podría presentar la encíclica el 6 o el 7 de julio.
Se trata de una fecha estratégica, previa al encuentro internacional del G8, que se celebrará del 8 al 10 de julio bajo presidencia italiana en L’Aquila, la ciudad devastada por el terremoto del pasado 6 de abril.
“Se acerca la publicación de mi tercera encíclica, que lleva por título “Caritas in veritate”, anunció el Papa en italiano.
Benedicto XVI destacó que la encíclica vuelve “a los temas sociales contenidos en la “Populorum progressio”, escrita por el Siervo de Dios Pablo VI en 1967”.
“Este documento -que lleva la fecha precisamente de hoy, 29 de junio, solemnidad de los santos Apóstoles Pedro y Pablo- se propone profundizar en algunos aspectos del desarrollo integral de nuestra época, a la luz de la car idad en la verdad”, explicó.
Y prosiguió: “Confío a vuestra oración esta nueva contribución que la Iglesia ofrece a la humanidad en su compromiso por un progreso sostenible, en el respeto pleno de la dignidad humana y de las exigencias reales de todos”.
En los últimos días, de hecho, Benedicto XVI ha abordado en diversas ocasiones este tema de la “caridad en la verdad” y viceversa.
Por ejemplo, en las Vísperas de este domingo por la tarde, destacó la dinámica relación entre corazón y razón.
“Necesitamos una razón clara para que el corazón pueda aprender a actuar según la verdad en la caridad”, señaló.
La encíclica propone una antropología recordando las exigencias de respeto a la dignidad humana, del hombre y de la mujer.
Benedicto firm&oa cute;, pues, este lunes 29 de junio, su tercera encíclica después de la primera sobre la caridad evangélica, "Deus caritas est", publicada en 2005, y la segunda sobre la esperanza cristiana, "Spe salvi", publicada en 2007.
Se trata de la primera encíclica social de su pontificado, que se publica 18 años después de la última encíclica social de Juan Pablo II, “Centesimus annus”, de 1991, publicada, como indica el título, un siglo después de la encíclica de León XIII “Rerum Novarum”.
Pero Benedicto XVI se refirió a “Populorum progressio” y retomó, en su alocución del Ángelus, el concepto de “progreso” humano auténtico del que habló el domingo a propósito de San Pablo.
Ya en noviembre de 2007, Benedicto XVI pidió un “nuevo orden mundial” para eliminar la pobreza.
Fue en ocasión de un congreso promovido por el Consejo Pontificio Justicia y Paz con motivo del 40 aniversario de la encíclica de Pablo VI “Populorum progressio”.
En varias ocasiones, el Papa ha denunciado el escándalo del hambre en el mundo (que afecta a mil millones de personas) y ha destacado que el capitalismo y la distribución equitativa de la riqueza no son “contradictorios”.
También ha advertido que la búsqueda de beneficios no debe realizarse “sin control”.
Los temas abordados en la encíclica afectan a la globalización, la preservación del medio ambiente, el desarrollo sostenible y la financiación sostenible.
También trata las implicaciones económicas y sociales de un examen de conciencia para volver a una ética de las finanzas y de la economía al servicio de l a persona humana según una antropología respetuosa con la identidad del hombre y la mujer.
La publicación de la encíclica ha sido aplazada varias veces porque la crisis implicaba una reflexión profunda de esta nueva realidad y por razones de traducción.
El secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone ha indicado que “el Papa no quiere repetir los puntos comunes de la doctrina social de la Iglesia sino aportar algunos elementos originales conforme a los desafíos de la época”.
El Papa a arzobispos: sed pastores ejemplares para guiar a los sacerdotes
Audiencia tras la entrega del palioCIUDAD DEL VATICANO, martes 30 de junio de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI pidió a los arzobispos metropolitanos que recibieron el palio este lunes que sean pastores ejemplares para poder guiar y apoyar a los sacerdotes.
Lo hizo al recibirles en audiencia, junto a sus familiares y fieles de sus respectivas diócesis, este martes en el Aula Pablo VI.
“En este Año Sacerdotal apenas iniciado, llevad muy dentro de vuestro corazón a vuestros presbíteros, quienes esperan de vosotros un trato afable, como padres y hermanos que los acogen, escuchan y se preocupan de ellos", les dijo.
“Estad preocupados por ser pastores ejemplares, diligentes y llenos de amor por el Señor y por vuestra comunidad”, les dijo.
Y añadió ;: “Así podréis guiar y apoyar firmemente a los sacerdotes, vuestros primeros colaboradores en el ministerio pastoral, y cooperar eficazmente en la difusión del Reino de Dios”.
En lengua española, se dirigió a los arzobispos Domingo Díaz Martínez, de Tulancingo; Manuel Felipe Díaz Sánchez, de Calabozo; José Luis Escobar Alas, de San Salvador; Carlos Osoro Sierra, de Valencia; Víctor Sánchez Espinosa, de Puebla de los Ángeles; Carlos Aguiar Retes, de Tlalnepantla; Ismael Rueda Sierra, de Bucaramanga, y Braulio Rodríguez Plaza, de Toledo, y a sus acompañantes.
“Que las cruces de seda negra que el palio lleva bordadas, os recuerden que debéis configuraros cada día más con Jesucristo”, les dijo.
Y les pidió: “Siguiendo sus huellas de Buen Pastor, sed siempre signos de unidad en medio de vuestro s fieles, afianzando vuestros lazos de comunión con el sucesor de Pedro, con vuestros obispos sufragáneos y con todos los que colaboran en vuestra misión evangelizadora”.
“Bajo el amparo de María Santísima, Reina de los Apóstoles, que es tan venerada en las tierras de las que procedéis, México, Venezuela, El Salvador, Colombia y España, pongo vuestras personas y vuestras comunidades diocesanas”, añadió.
En otras lenguas, se dirigió también a los demás arzobispos en términos similares, destacando el valor del palio como símbolo de unidad.
El Papa Benedicto XVI inaugurar la Capilla Paulina restaurada
Tras siete aos de obrasCIUDAD DEL VATICANO, martes 30 de junio de 2009 (ZENIT.org).- La Capilla Paulina completamente restaurada será inaugurada el próximo sábado con unas vísperas solemnes presididas por Papa Benedicto XVI.
La capilla restaurada fue presentada este martes por la mañana en rueda de prensa en el Palacio Apostólico.
Se trata de la Capilla privada de los Pontífices y contiene las últimas obras maestras de Miguel Ángel, pintadas entre 1542 y 1550: la crucifixión de Pedro y la Caída de Saulo.
Los trabajos de restauración han costado 3.253.196 euros, según explicó a los periodistas el cardenal Giovanni Lajolo, presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano.
“Estoy muy contento que los tra bajos hayan concluido en coincidencia casi simbólica con la conclusión del Año Paulino, como se preveía en una reunión con la Comisión externa de expertos el 30 de septiembre de 2008”, dijo.
Tras de una minuciosa investigación, las labores de restauración de la Capilla Paulina comenzaron en el año 2004, a petición de Juan Pablo II y bajo la dirección del historiador del arte Arnold Nesserlrath con un grupo de restauradores de pinturas vaticanas dirigido por Mauricio De Luca.
Según De Luca, estas labores han representado “la labor más exigente que ha enfrentado el Laboratorio de Restauración de Pinturas de los Museos Vaticanos”.
Y ello, no sólo por la extensión de la superficie sino también “por la complejidad de los problemas a afrontar desde el punto de vista técnico y por las decisiones relacionadas con la restitución estética final”.
Los trabajos de restauración incluyen también la instalación de una nueva planta de iluminación que permite apreciar mejor los frescos que engalanan la capilla.
Más de cuatro siglos de historia
La Capilla Paulina se encuentra en el primer piso del Palacio Apostólico Vaticano, cerca de la Capilla Sixtina.
Debe su nombre al hecho de que fue construida por una orden del Papa Pablo II (1534 – 1549), por el arquitecto Antonio Sangallo.
Además de las obras maestras de Miguel Ángel, esta capilla cuenta con otras perlas de la historia del arte que representan algunos pasajes de los Hechos de los Apóstoles.
Entre ellas se encuentran los frescos elaborados por Federico Zuccari (Bautismo del centurión Cornelio) y Lorenzo Sabbatini (Lapidación de Esteban, Bautismo de San Pablo en casa de Ananías, Caída de Simón el Mago).
Según el director de los Museos Vaticanos, el profesor Antonio Paolucci,estas obras “cuentan los principales episodios de la vida de los santos Pedro y Pablo, fundamentos de la jerarquía y de la doctrina”.
“Cuando sobre el altar se expone el Santísimo Sacramento, el papel del Papa, custodio del Corpus Christi, en la legitimidad de la sucesión apostólica y de la fidelidad a la ortodoxia, esto cobra perfectamente significado”, indicó el profesor Paolucci.
El techo de la capilla presenta también algunos frescos de Zuccari, como La predicación de Pablo en la isla de Malta, La liberación de Pedro, La visión de San Pablo; San Pablo y Silia prisioneros en Filipo, El castigo de San Pedro a Ananias y Sáfira, San Pablo en la isla de Malta y San Pedro que resucita a Tabita.
Po r Carmen Elena Villa
Dolor del Papa por el desastre areo en las Islas Comoras
Enva un telegrama de condolenciaCIUDAD DEL VATICANO, martes 30 de junio de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI expresó este martes, en un telegrama hecho público por la Santa Sede, sus condolencias a las víctimas del accidente aéreo que tuvo lugar la mañana del martes en el océano Índico cerca de las Islas Comoras.
En el avión que se precipitó al agua entre África y Madagascar, viajaban 153 personas, de las que hasta ahora sólo un niño ha sido rescatado con vida.
“Informado de la catástrofe aérea del avión de la Yemenia Airways que unía Saana (Yemen) y Moroni (Comoras), el Santo Padre expresa sus condolencias sinceras a las familias de las víctimas”, señala el telegrama.
También “encomienda a los difuntos a la misericordia divina y reza a Dios por todas las personas duramente probados por esta tragedia”.
El telegrama está dirigido al nuncio apostólico en Kuwait, monseñor Mounged El-Hachem, y firmado por el secretario de Estado del Papa, el cardenal Tarcisio Bertone.
Psame del Papa por la explosin de un tren en Italia
Enva un telegrama de condolenciaCIUDAD DEL VATICANO, martes 30 de junio de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI envió este martes un telegrama de condolencia por las víctimas del accidente producido esta noche en la estación de Viareggio, en Italia.
La explosión de dos vagones de un tren de carga, que transportaba gas, al entrar en la estación de tren, situada en el centro de esta ciudad del norte de italia, ha provocado decenas de muertos y heridos y centenares de evacuados.
“El sumo pontífice expresa su profunda participación en el dolor que golpea a toda la ciudad y asegura fervientes oraciones de sufragio por los que han muerto trágicamente”, señala el mensaje.
Y añade: “Invoca del Señor la rápida curación para los heridos, confía a la protección maternal de la Virgen Santa a los que han sido golpeados por este dramático acontecimiento y envía una especial y reconfortante bendición apostólica”.
El telegrama está dirigido al arzobispo de Lucca, monseñor Benvenuto Italo Castellani, y firmado por el Secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone.
Benedicto XVI: las religiones no socavan la unidad de Vietnam
Audiencia a los obispos de este pas en visita ad liminaCIUDAD DEL VATICANO, martes 30 de junio de 2009 (ZENIT.org).- Las diversas religiones no son un peligro para la unidad de Vietnam, dijo Benedicto XVI al recibir este sábado a los obispos de este país al término de su visita quinquenal “ad limina Apostolorum”.
En su discurso en lengua francesa, el Papa alentó a los obispos a insistir en el diálogo con los representantes de las demás religiones.
También a dejar claro que “la Iglesia contribuye al desarrollo humano y espiritual de las personas, pero también al desarrollo del país”.
Vietnam tiene una población de más de 85 millones de habitantes, que, desde el punto de vista religioso y espiritual, se dividen en cuatro grandes filosof&ia cute;as y religiones: el budismo, el confucianismo, el taoismo y el cristianismo.
A lo largo de los siglos, confucianismo, taoismo y budismo se han fusionado con las creencias populares chinas y el antiguo animismo vietnamita, dando como resultado el llamado “Tam Giao” (triple religión”).
En cuanto a los cristianos, los católicos constituyen el 7% de la población.
Y también hay una muy pequeña comunidad protestante, nacida en parte de la colonización francesa y en parte de la presencia americana durante los años de la guerra del Vietnam.
En su discurso a los obispos, el Papa destacó la necesidad de “una sana colaboración entre la Iglesia y la comunidad política”.
También recordó que la Iglesia invita a todos sus miembros “a esforzarse fielmente para construir una sociedad justa y solidaria”.
“Ésta no intenta sustituir al gobierno --señaló el pontífice--, sino que busca únicamente –en espíritu de diálogo y de cooperación respetuosa- tomar parte en la vida de la nación, al servicio de toda la población”.
“Además, me parece importante destacar que las religiones no representan un peligro para la unidad de la nación”, prosiguió.
Porque la Iglesia, dijo, “pretende ayudar a sus miembros a santificarse y a que, a través de sus instituciones, deseen ponerse, de manera generosa y desinteresada, al servicio del prójimo”.
Por ello, el Papa pidió a los obispos dedicar una “particular atención a los fieles laicos”, especialmente a los jóvenes y las familias.
“Es deseable que cada familia católica enseñe a los niños a vivir conf orme a una recta conciencia, en la lealtad y la verdad, convirtiéndose en una fuente de valores y virtudes humanas, en una escuela de fe y de amor a Dios”, afirmó.
“Los laicos católicos deben demostrar, mediante su vida basada en la caridad, la honestidad y el amor al bien común, que un buen católico es un buen ciudadano”, concluyó.
Anteriormente, en su discurso de saludo al Santo Padre, el presidente de la Conferencia Episcopal Vietnamita, monseñor Pierre Nguyên Van Nhon, había invitado al Papa a visitar las tres provincias eclesiásticas que componen el país.
El obispo también recordó que la Iglesia en Vietnam celebrará un año jubilar especial del 24 de noviembre de 2009, solemnidad de los mártires del país, al día de la Epifanía del 2011.
En este sentido, el prelado destacó que &ldqu o;una conmemoración de nuestros mártires nos invita a vivir más profundamente el don de la fe y a prolongar su testimonio evangélico en el corazón del mundo, en el seno de una sociedad llena, al mismo tiempo, de promesas y de desafíos”.
La Iglesia en Vietnam
En una entrevista emitida el viernes en Radio Vaticano, monseñor Pierre Nguyen Van Nhon explicó algunos detalles de la vida de la Iglesia en Vietnam.
Destacó que las vocaciones a la vida sacerdotal en Vietnam son numerosas gracias a la familia. “La familia vietnamita es un apoyo, es ya un pre-seminario”, aseguró.
El obispo explicó que “cada seminario tiene muchos seminaristas, entre 150 y 250 y en general hay unos mil seminaristas, sin contar los de la etapa preparatoria”.
Respecto a los laicos, monseñor Nguyen, destacó la importante función que desempeñan los jóvenes, y su gran amor y respeto por la jerarquía.
A la vez, constató la necesidad de mejorar su preparación, muchos de los cuales se dedican a transmitir la fe (hay unos 50.000 catequistas voluntarios).
El presidente del episcopado destacó que las relaciones diplomáticas entre Vietnam y la Santa Sede han mejorado, aunque lamentó que todavía no haya una presencia permanente de la Santa Sede en el país.
“Un representante del Papa sería para nosotros un signo tangible del Santo Padre y de la Iglesia”, afirmó.
También expresó su confianza en que la visita “ad limina” contribuya a hacer progresar a la Iglesia en Vietnam, como ya ha ocurrido en ocasiones anteriores, tras las cuales, por ejemplo, el proceso de nombramiento de los obispos ha adquirido mayor libertad.
El palio simboliza las ovejas de Cristo y a Cristo mismo, dice el Papa
Misa para la imposicin del palioCIUDAD DEL VATICANO, martes 30 de junio de 2009 (ZENIT.org).- El palio recuerda al rebaño de Cristo en el que los obispos son los pastores, pero también a Cristo mismo, el Cordero.
Así lo señaló el Papa en su homilía de la Misa de los santos Pedro y Pablo, celebrada este lunes en la basílica de San Pedro.
Durante la celebración, el Santo Padre impuso el palio a 34 arzobispos metropolitanos nombrados a lo largo del año (Cf. Zenit 25 de junio de 2009 para ver la lista).
Al inicio de la celebración, los 34 arzobispos fueron presentados por el cardenal protodiácono Agostino Cacciavillan.
La liturgia de la Misa incluye, después de la liturgia de la Palabra, el rito de bendición, por el Papa, de los p alios, repartidos en dos bandejas y conservados en la tumba del apóstol Pedro hasta esta celebración.
Después viene el juramento de fidelidad y obediencia al Papa y a la Iglesia de Roma, pronunciado en pie por los arzobispos.
El Santo Padre impone el palio a cada uno de ellos, que van llegando hasta él en procesión, con los aplausos de los asistentes, muchos de los cuales han llegado hasta Roma en peregrinación acompañando al arzobispo de su país o de su diócesis.
La entrega del palio ofrece a cada arzobispo la oportunidad de un fraterno intercambio de palabras con el Papa, mientras los ceremonieros pontificios ajustan el palio sobre los hombros o el solideo sobre la cabeza, que puede haberse desplazado al colocar el palio.
En su homilía, Benedicto XVI quiso recordar el sentido del palio, “tejido con la lana de los corderos que el Papa bendice en la fiesta de Sant a Inés”.
“Recuerda los corderos y las ovejas de Cristo, que el Señor ha confiado a Pedro con la tarea de apacentarles (Cf. Jn 21.15-18)”, dijo.
El palio también “recuerda a Cristo mismo, que como Buen Pastor, ha tomado sobre sus hombros a la oveja perdida, la humanidad, para devolverla a casa”, prosiguió.
Y añadió que “nos recuerda el hecho de que Él, el Pastor supremo, ha querido hacerse él mismo Cordero, para hacerse cargo, desde dentro, del destino de todos nosotros; para llevarnos y sanar nuestro interior”.
Finalmente pidió al Señor “que nos conceda ser pastores justos como Él, “no porque se les obliga, sino porque quieren, como le gusta a Dios, ... con ánimo generoso, modelo de la grey”.
El palio es una banda blanca que los arzobispos llevan sobre los hombros en representaci&oa cute;n del Buen Pastor que lleva a hombros el cordero hasta dar la vida.
El palio tiene la forma de una faja circular que carga sobre los hombros y de la cual penden ante el pecho y en la espalda dos tiras rectangulares, todo de lana blanca, de la que se destacan seis cruces bordadas en seda negra.
Suele adornarse con tres clavos metálicos, que recuerdan los clavos de la Pasión.
Obispos latinoamericanos piden la vuelta del orden constitucional en Honduras
Toda interrupcin de un proceso democrtico es lamentableTEGUCIGALPA, martes, 30 junio 2009 (ZENIT.org).- Dos obispos latinoamericanos se han pronunciado a favor de la restauración del orden constitucional en Honduras tras el reciente golpe de Estado que este domingo obligó al presidente Manuel Zelaya a salir del país.
El obispo de El Alto, Bolivia, Jesús Juárez, abogó este lunes por un pronto retorno del orden legalmente establecido en Honduras.
“Creo que toda interrupción de un proceso democrático es lamentable, y la democracia es lo que caracteriza a la persona humana, porque, aún con sus defectos, se concibe que es el mejor sistema para la convivencia humana”.
Lo declar& oacute; a los medios de comunicación el secretario general de la Conferencia Episcopal de Bolivia, y obispo de El Alto, monseñor Jesús Juárez.
El prelado afirmó que la mejor forma para mantener la paz y tranquilidad en América Latina es la democracia y, por tanto, debe merecer el respaldo de todos los pueblos de la región.
“La Iglesia, o al menos yo personalmente como Jesús Juárez, obispo de El Alto, deseo que vuelva la vida democrática lo antes posible al querido pueblo de Honduras”, subrayó el obispo boliviano.
Reiteró que, siendo la democracia la mejor forma de convivencia humana y el mejor instrumento para mantener la paz y la tranquilidad, “debe merecer el respaldo pacífico de todos los pueblos de la América Latina”.
Por su parte, el obispo auxiliar de San Salvador, monseñor Gregorio R osa Chávez, pidió este lunes las oraciones de todos los fieles para que la paz vuelva a Honduras.
El prelado dijo en rueda de prensa que “hay que pedir a Dios que las cosas vayan normalizándose” en el vecino país.
“Oramos para que Honduras vuelva a la paz”, añadió, y comentó que éste es un “momento traumático que vive la región”.
Monseñor Rosa Chávez precisó que la Iglesia siempre “desea que haya paz en los países, que haya estabilidad y que haya esperanza para los pobres”.
También afirmó que desde El Salvador se sigue “con atención lo que pasa en Honduras” y desean “que las cosas se vayan normalizando a la mayor brevedad”.
El pasado 19 de junio, la Conferencia Episcopal de Honduras, al concluir su segunda asamblea anual , ya había expresado su preocupación por la grave crisis política que se vivía en el país.
En ese momento, lanzó un firme llamamiento a la paz a todos los actores políticos por medio de un enérgico comunicado (Cf. http://www.zenit.org/article-31627?l=spanish).
Por Nieves San Martín
Purificar la memoria, servir a la verdad, pedir perdn
Mensaje de los obispos vascos sobre los sacerdotes ejecutados en 1936-1937VITORIA, martes, 30 junio 2009 (ZENIT.org).- La catedral de Vitoria acogerá el próximo 11 de julio una celebración en memoria de los catorce sacerdotes que fueron ejecutados en los años 1936-1937 por los vencedores de la Guerra Civil.
Con el título “Purificar la memoria, servir a la verdad, pedir perdón”, los obispos de Bilbao, San Sebastián y Vitoria publicaron un mensaje sobre el tema este martes.
Los obispos vascos señalan que, con ocasión de la beatificación en Roma, el 28 de octubre de 2007, de 498 mártires del siglo XX en España, bastantes de los cuales eran originarios de estas diócesis, así como en otras ocasiones anteriores y posteriores, “se nos ha recordado que catorce sacerdotes -también de nuestras diócesis- fueron ejecutados en los años 1936 y 1937 por quienes vencieron en aquella contienda”.
Los prelados recuerdan que “no se hicieron por ellos los debidos funerales y en la mayor parte de los casos no se registró su muerte en el Boletín Oficial diocesano”.
Por ello, los obispos de las diócesis de Bilbao, San Sebastián y Vitoria han escuchado la petición que se les ha dirigido, han reconocido las razones y han considerado oportuno cumplir este deber pendiente.
En consecuencia, se proponen realizar juntamente con sus comunidades diocesanas un ejercicio de “purificación de la memoria”.
Lo hacen siguiendo las orientaciones del Papa Juan Pablo II para nuestro tiempo, tratando de reforza r “nuestros pasos en el camino hacia el futuro, haciéndonos a la vez más humildes y atentos en nuestra adhesión al Evangelio”.
En primer lugar, en su mensaje, los obispos recuerdan los hechos.
“Han pasado más de siete décadas desde la trágica ruptura de la convivencia originada por la Guerra Civil, con efectos dolorosos en la entonces única diócesis de Vitoria, presidida por monseñor Mateo Múgica, a quien recordamos ante el Señor, honrando su memoria", explican.
"Sirvió a la diócesis de Vitoria como su obispo en una complicada situación que le proporcionó innumerables trabajos y sufrimientos", destacan.
"Aquella contienda provocó muchos muertos, desaparecidos, encarcelados y desterrados", prosigue el mensaje.
"La comunidad eclesial no fue en absoluto ajena al sufri miento: a numerosos laicos, religiosos y presbíteros les fue arrebatada la vida; muchos otros sufrieron represalias y pérdidas irreparables", destaca.
Concretamente, "fueron más de setenta los sacerdotes y religiosos ejecutados en la diócesis de Vitoria, en los territorios controlados por uno u otro bando”.
“Centenares de personas fueron ejecutadas, víctimas de odios y venganzas”, subrayan los obispos.
Recordándolas a todas, la declaración "pretende traer de modo especial a la memoria a aquellos presbíteros que, habiendo sido ejecutados por los vencedores, han sido relegados al silencio".
Sus nombres son Martín Lecuona Echabeguren, Gervasio Albizu Vidaur, José Adarraga Larburu, José Ariztimuño Olaso, José Sagarna Uriarte, Alejandro Mendicute Liceaga, José Otano Míguelez, C.M.F., Jos& eacute; Joaquín Arín Oyarzabal, Leonardo Guridi Arrázola, José Marquiegui Olazábal, José Ignacio Peñagaricano Solozabal, Celestino Onaindía Zuloaga, Jorge Iturricastillo Aranzabal y Román de San José Urtiaga Elezburu, O.C.D.
Los obispos vascos afirman que “no contaron con una celebración pública de exequias”.
Así mismo, en el Boletín Oficial y en el registro diocesano de sacerdotes fallecidos solamente constan los nombres de los dos primeros, ejecutados antes de la salida forzosa de la diócesis del obispo Mateo Múgica.
Tampoco figuran como fallecidos en los libros parroquiales correspondientes.
Los hechos mencionados, indican los obispos vascos, “nos interpelan a nosotros y a nuestras comunidades diocesanas”.
Por ello, hacen una serie de consideraciones. En primer lugar, desean “prestar un servicio a la verdad, que es uno de los pilares básicos para construir la justicia, la paz y la reconciliación”.
“No queremos reabrir heridas, sino ayudar a curarlas o a aliviarlas--añaden--. Queremos contribuir a la dignificación de quienes han sido olvidados o excluidos y a mitigar el dolor de sus familiares y allegados”.
Expresan su deseo de “pedir perdón e invitar a perdonar”.
“De ninguna manera pretendemos erigirnos en jueces de los demás --destacan--, sino reconocer ante Dios nuestras limitaciones en el pasado y en el presente.
"Sabemos que ‘por el vínculo que une a unos y otros en el Cuerpo místico, y aun sin tener responsabilidad personal ni eludir el juicio de Dios, el único que conoce los corazones, somos portadores del peso de los errores y de las culpas de quienes nos han precedido’”, indican.
Al pedir perdón, señalan, “la Iglesia se dirige, ante todo, a Dios, fuente de la vida y de la paz.
"A Él le pedimos ‘la luz y la fuerza necesarias para saber rechazar siempre la violencia y la muerte como medio de resolución de las diferencias políticas y sociales’ --concluyen--. Que Él perdone nuestras ofensas y nos enseñe así a perdonar a los que nos ofenden”.
Los obispos vascos han propuesto diversas acciones en este sentido.
En primer lugar, la celebración de un funeral conjunto, con mención y reconocimiento especial de quienes en su día no lo tuvieron.
El acto, que estará presidido por todos los obispos vascos, tendrá lugar el sábado 11 de julio en la Catedral Nueva de Vitoria a las doce del mediodía.
A esta celebración está invitado todo el pueblo de Dios y, particularmente, los familiares de las víctimas y los presbíteros de esas diócesis.
En segundo lugar, está prevista la publicación de una reseña en el Boletín Oficial de cada diócesis que recoja los datos de la vida y muerte de quienes fueron ignorados.
Y finalmente, se incluirán sus nombres en los registros diocesanos de sacerdotes fallecidos y en los libros parroquiales correspondientes.
Los obispos vascos concluyen su mensaje afirmando que “purificando la memoria; sirviendo a la verdad; pidiendo, ofreciendo y acogiendo el perdón, queremos mirar al pasado para aprender a construir un presente y un mañana nuevos”.
Por Nieves San Martín
La Iglesia participa en el Grupo para el Desarrollo de los Pueblos Amaznicos
Conformada una Mesa de Dilogo tras los conflictos en la regin peruanaLIMA, martes, 30 junio 2009 (ZENIT.org).- El arzobispo de Trujillo y presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, O.F.M., ha participado, junto a varios ministros y miembros de los pueblos indígenas amazónicos, en una reunión del Grupo Nacional de Coordinación para el Desarrollo de los Pueblos Amazónicos.
La reunión se celebró el 22 de junio en la Sala del Acuerdo Nacional de la Presidencia del Consejo de Ministros, en Lima.
En la reunión, informa la Conferencia Episcopal Peruana, los representantes de los pueblos amazónicos pidieron el levantamiento del Estado de Emergencia y toque de queda en las regiones afectadas.
Así mismo, pidieron debatir un Plan de Desarrollo de la Amazonía, pero consultando con los pueblos amazónicos y con un enfoque intercultural.
Por su parte, los representantes del Estado reconocieron que la política sobre pueblos amazónicos debería elaborarse con la participación de ellos.
También anunciaron la creación del Decreto que levanta el Estado de Emergencia y toque de queda.
En su intervención, monseñor Miguel Cabrejos resaltó la importancia del levantamiento del Estado de Emergencia y toque de queda en varias zonas de la Amazonía peruana.
El prelado también subrayó la necesidad de conformar una Comisión de la Verdad, a petición de muchos representantes de los pueblos amazónicos, para que se esclarezcan los hechos ocurridos en Bagua, donde m urieron policías y nativos.
Finalmente, los participantes de esta Mesa de Diálogo acordaron instalar el Grupo Nacional de Coordinación.
Este Grupo tomará en cuenta la conformación de Mesas de Trabajo Regionales (con la participación de Gobiernos Regionales, gobiernos locales y representantes regionales y locales de las comunidades indígenas amazónicas).
El Papa a los cristianos de Roma: Sed piedras vivas
Intervencin con motivo del ngelusCIUDAD DEL VATICANO, martes 30 de junio de 2009 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación las palabras del Papa durante el rezo del Ángelus, ayer con motivo de la Solemnidad de los Apóstoles Pedro y Pablo, con los peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro.
* * *
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy celebramos solemnemente a los santos Apóstoles Pedro y Pablo, Patronos especiales de la Iglesia de Roma: Pedro, el pescador de Galilea, que “primero confesó la fe en Cristo... y constituyó la primera comunidad con los justos de Israel”; Pablo, el antiguo perseguidor de los cristianos, “que iluminó las profundidades del misterio... el maestro y doctor, que anunci&oac ute; la salvación a todas las gentes” (Cf. Prefacio de la Misa de hoy). En una homilía suya a la comunidad de Roma, el Papa San León Magno afirmaba: “Éstos son tus Padres y verdaderos Pastores, que te han fundado para que te insertaras así en el reino celeste” (Sermo I in Nat. App Petri et Pauli, c I, PL 54,422). Con ocasión de esta fiesta, quisiera dirigir un caluroso y especial saludo, unido a los fervientes votos de felicitación, a la comunidad diocesana de Roma, que la Providencia divina ha confiado a mis cuidados, como sucesor del apóstol Pedro. Es un saludo que extiendo gustoso a todos los habitantes de nuestra ciudad y a los peregrinos y turistas que en estos días la están visitando, coincidiendo también con la clausura del Año Paulino.
¡Queridos hermanos y hermanas, el Señor os bendiga y proteja por intercesión de los Santos Pedro y Pablo! Como vuestro Pastor, os exhorto a permanecer fieles a la vocación cristiana y a no conformaros a la mentalidad de este mundo -como escribía el Apóstol de los gentiles precisamente a los cristianos de Roma-, sino a dejaros siempre transformar y renovar por el Evangelio, para seguir lo que es verdaderamente bueno y agradable a Dios (Cf. Rm 12,2). Por esto rezo constantemente, para que Roma mantenga viva su vocación cristiana no sólo conservando inalterado su inmenso patrimonio espiritual y cultural, sino también para que sus habitantes puedan traducir la belleza de la fe recibida en formas concretas de pensar y actuar, y ofrezcan así, a cuantos, por distintas razones, llegan a esta Ciudad, una atmósfera llena de humanidad y de valores evangélicos. Por tanto -en palabras de san Pedro- os invito, queridos hermanos y hermanas discípulos de Cristo, a ser “piedras vivas”, compactas alrededor de Él, que es la “piedra viva, rechazada por los hombres, pero elegida y preciosa ante Dios” (Cf. 1 Pe 2,4).
La solemnidad de hoy reviste también un carácter universal: expresar la unidad y la catolicidad de la Iglesia. Por eso cada año, en esta fecha, vienen a Roma los nuevos Arzobispos Metropolitanos a recibir el Palio, símbolo de comunión con el Sucesor de Pedro. Renuevo por tanto mi saludo a los hermanos en el Episcopado por los cuales he llevado a cabo esta mañana en la Basílica este gesto y a los fieles que les han acompañado. Saludo también con viva cordialidad a la Delegación del Patriarcado de Costantinopla que, como cada año, llega a Roma para la celebración de los Santos Pedro y Pablo. La común veneración de estos Mártires sea prenda de una comunión cada vez más plena y sentida entre los cristianos de todas partes del mundo. Invocamos por est o la intercesión maternal de María, Madre de la única Iglesia de Cristo, con la acostumbrada recitación del Angelus.
[Después del Ángelus]
Está cercana la publicación de mi tercera Encíclica, que lleva por título Caritas in veritate. Retomando los temas sociales contenidos en la Populorum progressio, escrita por el Siervo de Dios Pablo VI en 1967, este documento – que lleva la fecha precisamente de hoy, 29 de junio, solemnidad de los Apóstoles Pedro y Pablo- quiere profundizar algunos aspectos del desarrollo integral de nuestra época, a la luz de la caridad en la verdad. Confío a vuestra oración esta ulterior contribución que la Iglesia ofrece a la humanidad en su empeño por un progreso sostenible, en el respeto pleno de la dignidad y las exigencias reales de todos.
[Traducción del original italiano por Inma Álvarez
© Copyright 2009 - Libreria Editrice Vaticana]
Benedicto XVI: La colaboracin entre Iglesia y Gobierno es posible
Visita ad limina de los obispos de VietnamCIUDAD DEL VATICANO, martes 30 de junio de 2009 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el discurso del Papa a los obispos de Vietnam, a quienes recibió el pasado sábado en audiencia en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico vaticano, con motivo de su visita ad limina.
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Señor cardenal,
queridos hermanos en el Episcopado,
Os acojo con gran alegría, pastores de la Iglesia católica que está en Vietnam. Nuestro encuentro reviste un significado particular en estos días en que la Iglesia entera celebra la solemnidad de los Apóstoles Pedro y Pablo, y es para mí un gran consuelo conocer los lazos profundos de fide lidad y de amor que los fieles de vuestro país muestran por la Iglesia y por el Papa.
Ante las tumbas de los dos Príncipes de los Apóstoles, habéis venido a manifestar vuestra comunión con el Sucesor de Pedro y reforzar la unidad que debe permanecer entre vosotros y que debe crecer aún más. Doy las gracias al presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Peter Nguyen Van Nhon, obispo de Đả-Lat, por las amables palabras que me ha dirigido en vuestro nombre. Permitidme saludar particularmente a los obispos que fueron nombrados desde vuestra última visita ad limina. También quiero hacer memoria del querido cardenal Paul Joseph Pham Đinh Tung, arzobispo de Hanoi durante muchos años. Con vosotros doy gracias a Dios por el celo pastoral que desplegó con humildad desde un profundo amor paternal por su pueblo y una gran fraternidad por sus sacerdotes. Fue el ejemplo de santidad, de humildad, de sencillez de la vida de los grandes pastores de vuestro país sean un reto para vosotros en vuestro ministerio episcopal ante el pueblo vietnamita, al que me gustaría expresar mi profunda estimación.
Queridos hermanos en el episcopado, hace unos días comenzó el Año Sacerdotal. Éste permitirá poner de relieve la grandeza y la belleza del ministerio de los sacerdotes. Os agradecería que dierais las gracias a los sacerdotes diocesanos y a los religiosos de vuestro querido país por sus vidas consagradas al Señor y por sus esfuerzos pastorales dedicados a la santificación del pueblo de Dios. Preocupaos por ellos, llenaos de comprensión hacia ellos y ayudadles a completar su formación permanente. Para ser un verdadero guía y conforme al corazón de Dios y la enseñanza de la Iglesia, el sacerdote debe profundizar en su vida interior y luchar po r la santidad, como lo demostró el humilde párroco de Ars. El florecimiento de vocaciones sacerdotales y religiosas, sobre todo en la vida consagrada femenina es un don del Señor para su Iglesia. Dad gracias a Dios por sus propios carismas, que debéis fomentar, respetándolos y promoviéndolos.
En vuestra carta pastoral del año pasado, mostrabais una especial atención a los fieles laicos poniendo de relieve el papel de su vocación en el ámbito familiar. Es conveniente que cada familia católica, enseñando a los niños a vivir de acuerdo con una conciencia recta, en la justicia y la verdad, se convierta en una fuente de valores y virtudes humanas, una escuela de fe y amor a Dios. Mientras tanto, los laicos católicos deben demostrar a través de su vida basada en el amor, la honestidad y el amor por el bien común, que un buen católico es también un bue n ciudadano. Para ello, vosotros debéis velar cuidadosamente por su buena formación, promoviendo su vida de fe y su nivel cultural, a fin de que puedan servir eficazmente a la Iglesia y la sociedad. Quiero confiar de una manera especial a los jóvenes a vuestra solicitud, en particular a la juventud rural que acude a la ciudad para cursar estudios superiores y encontrar trabajo. Sería deseable desarrollar una pastoral apropiada a estos jóvenes inmigrantes internos, comenzando por reforzar la cooperación entre las diócesis de origen de los jóvenes y las diócesis de destino, prestándoles orientaciones éticas y directrices prácticas.
La Iglesia que está en Vietnam se está preparando actualmente para la celebración del quincuagésimo aniversario de la erección de la jerarquía episcopal vietnamita. Esta celebración, que estará marcada s obre todo por el Año Jubilar 2010, os permitirá compartir con entusiasmo la alegría de la fe con todos los vietnamitas y renovar vuestros compromisos misioneros. En esta ocasión, el pueblo de Dios debe ser invitado a dar gracias por el don de la fe en Jesucristo. Este regalo fue acogido generosamente, vivido y testimoniado por muchos mártires, que quisieron proclamar la verdad y la universalidad de la fe en Dios. En este sentido, el testimonio de Cristo es un servicio supremo que la Iglesia puede ofrecer a Vietnam y a todos los pueblos de Asia, ya que responde profundamente a la verdad y a los valores que garantizan el desarrollo humano integral (Cf. Ecclesia in Asia). Frente a muchos problemas que este testimonio encuentra actualmente, es necesaria una colaboración más estrecha entre las distintas diócesis y entre diócesis y congregaciones religiosas, así como dentro de sí mismas.
La Carta Pa storal que vuestra Conferencia Episcopal publicó en 1980 subraya que “la Iglesia de Cristo está en medio de su pueblo”. Aportando su especificidad - la proclamación de la Buena Noticia de Cristo - la Iglesia contribuye al desarrollo humano y espiritual de las personas, pero también al desarrollo de vuestro país. Su participación en este proceso es un deber y una contribución importante, sobre todo cuando Vietnam experimenta una apertura cada vez mayor a la comunidad internacional.
Vosotros sabéis igual que yo que una sana colaboración entre la Iglesia y la comunidad política es posible. En este sentido, la Iglesia invita a todos sus miembros a comprometerse fielmente en la edificación de una paz justa, solidaria y equitativa. Ella no quiere anular o sustituir a los responsables del gobierno; sólo busca poder tener, en un espíritu de diálogo y cooperación respetuosos, una participación justa en la vida de la nación, al servicio de todo el pueblo. Al participar activamente en el lugar que le corresponde y de acuerdo con su vocación, la Iglesia nunca puede ser dispensada del ejercicio de la caridad como actividad organizada de los creyentes. Por otra parte, nunca habrá una situación en la que no sea necesaria la caridad de cada cristiano, porque el hombre, más allá de la justicia, tiene y siempre tendrá necesidad de amor (Deus caritas est, n. 29). Además, me parece importante subrayar que las religiones no presentan un peligro para la unidad de la nación; al contrario, ayudan a la persona a santificarse y, a través de sus instituciones, a desear ponerse generosamente y de forma desinteresada al servicio del prójimo.
Señor cardenal, queridos hermanos en el episcopado: al volver a vuestro país, transmitid un caluroso saludo del Papa a los sacerdotes, a los religiosos, a las religiosas, a los seminaristas, a los catequistas y a todos los fieles, sobre todo a los más pobres y a los que sufren psicológica y espiritualmente. Os animo vivamente a permanecer fieles a la fe recibida de los apóstoles, de los que sois testigos generosos en condiciones a menudo difíciles, y a demostrar la humilde firmeza que la Exhortación apostólica “Ecclesia in Asia” (n. 9) os ha reconocido como una característica. Que el Espíritu del Señor sea vuestra guía y vuestra fuerza. Os confío a la protección maternal de Nuestra Señora de La-Vang y a la intercesión de los santos Mártires de Vietnam, y os imparto a todos una afectuosa Bendición Apostólica.
[Traducción del original francés por Inma Álvarez
© Copyright 2009 - Libreria Editrice Vaticana]
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