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Vacaciones del 2 al 17 de agosto
DOCUMENTACIÓN
El cardenal Bertone presenta la encíclica "Caritas in veritate"
Mensaje a nuestros lectores
Vacaciones del 2 al 17 de agosto
ROMA, sábado, 1 de agosto de 2009 (ZENIT.org).- Como en años anteriores en estas fechas, la redacción de ZENIT disfrutará de las vacaciones anuales del 2 al 17 de agosto. ZENIT agradece a los lectores la fidelidad demostrada nuevamente en este año.
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Documentación
El cardenal Bertone presenta la encíclica "Caritas in veritate"
Ante el Senado de Italia
ROMA, sábado, 1 de agosto de 2009 (ZENIT.org).- Publicamos el discurso que pronunció el cardenal Tarcisio Bertone S.D.B., secretario de Estado, al presentar ante el Senado de la República de Italia la encíclica "Caritas in veritate", el martes 28 de julio de 2009.
* * *
Premisa
La encíclica de Benedicto XVI se abre con una introducción que constituye una densa y profunda reflexión en la que retornan los términos del título mismo, el cual vincula de forma estrecha la caritas y la veritas, el amor y la verdad. Se trata no sólo de una especie de "explicatio terminorum", de una aclaración inicial, sino que se pretenden indicar los principios y las perspectivas fundamentales de toda su enseñanza. De hecho, como en una sinfonía, el tema de la verdad y de la caridad vuelve a lo largo de todo el documento, precisamente porque, como escribe el Papa, aquí se halla "la principal fuerza impulsora del auténtico desarrollo de cada persona y de toda la humanidad" (Caritas in veritate, 1).
Pero -nos preguntamos- ¿de qué verdad y de qué amor se trata? No cabe duda de que precisamente estos conceptos hoy suscitan sospechas -sobre todo el término "verdad"- y se malentienden -lo cual vale sobre todo para el término "amor"-. Por eso es importante aclarar de qué verdad y de qué amor habla la nueva encíclica. El Santo Padre nos explica que estas dos realidades fundamentales no son extrínsecas al hombre o incluso impuestas a él en nombre de una visión ideológica cualquiera, sino que están profundamente enraizadas en la persona misma. De hecho, "amor y verdad -afirma el Santo Padre- son la vocación que Dios ha puesto en el corazón y en la mente de cada ser humano" (ib.), del hombre que, según la Sagrada Escritura, precisamente es creado "a imagen y semejanza" de su Creador, es decir, del "Dios bíblico, que es a la vez "Agapé" y "Lógos": Caridad y Verdad, Amor y Palabra" (ib., 3).
Esta realidad no sólo se nos manifiesta a través de la Revelación bíblica, sino que también la puede conocer todo hombre de buena voluntad que utiliza rectamente su razón al reflexionar sobre sí mismo ("La verdad es luz que da sentido y valor a la caridad. Esta luz es simultáneamente la de la razón y la de la fe, por medio de la cual la inteligencia llega a la verdad natural y sobrenatural de la caridad", ib.). Al respecto, parecen ilustrar bien esa visión algunos contenidos de un documento significativo e importante, publicado poco antes de la Caritas in veritate: la Comisión teológica internacional nos ofreció, en los meses pasados, un texto titulado "En busca de una ética universal: nueva mirada sobre la ley natural". Ese documento afronta temas de gran importancia, que me permito señalar y recomendar de modo especial en este contexto del Senado, es decir, de una institución cuya función principal es la producción legislativa.
Como dijo el Santo Padre en la Asamblea de las Naciones Unidas en Nueva York, durante su visita del año pasado al Palacio de cristal a propósito del fundamento de los derechos humanos: "Estos derechos se basan en la ley natural inscrita en el corazón del hombre y presente en las diferentes culturas y civilizaciones. Arrancar los derechos humanos de este contexto significaría restringir su ámbito y ceder a una concepción relativista, según la cual el sentido y la interpretación de los derechos podrían variar, negando su universalidad en nombre de los diferentes contextos culturales, políticos, sociales e incluso religiosos" (Discurso a la Asamblea general de la ONU, 18 de abril de 2008: L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 25 de abril de 2008, p. 10).
Estas consideraciones no sólo valen para los derechos humanos, sino para toda intervención de la autoridad legítima llamada a regular según la verdadera justicia la vida de la comunidad mediante leyes que no sean fruto de un mero acuerdo convencional, sino que busquen el bien auténtico de la persona y de la sociedad y por eso hagan referencia a esta ley natural.
Ahora bien, la Comisión teológica internacional, al exponer la realidad de la ley natural, explica precisamente que la verdad y el amor son exigencias esenciales de todo hombre, enraizadas profundamente en su ser. "En su búsqueda del bien moral, la persona humana se pone a la escucha de lo que ella misma es y toma conciencia de las inclinaciones fundamentales de su naturaleza" (En busca de una ética universal: nueva mirada sobre la ley natural, n. 45), las cuales orientan al hombre hacia los bienes necesarios para su realización moral.
Como es sabido, "tradicionalmente se distinguen tres grandes conjuntos de dinamismos naturales... El primero, que es común a todo ser sustancial, comprende esencialmente la inclinación a conservar y a desarrollar su propia existencia. El segundo, común a todos los seres vivos, comprende la inclinación a reproducirse para perpetuar la especie. El tercero, propio del hombre como ser racional, conlleva la inclinación a conocer la verdad sobre Dios y a vivir en sociedad" (ib., n. 46).
Profundizando en este tercer dinamismo que se halla en toda persona, la Comisión teológica internacional afirma que "es específico del ser humano como ser espiritual, dotado de razón, capaz de conocer la verdad, entrar en diálogo con los demás y entablar relaciones de amistad. (...) Su bien integral está tan íntimamente vinculado a la vida en comunidad, que se organiza en sociedad política en virtud de una inclinación natural y no de una simple convención. El carácter relacional de la persona se manifiesta también con la tendencia a vivir en comunión con Dios o el Absoluto. (...). Ciertamente, la pueden negar quienes no admiten la existencia de un Dios personal, pero permanece implícitamente presente en la búsqueda de la verdad y del sentido presente en todo ser humano" (ib., n. 50).
Así pues, el hombre está hecho para conocer mediante la "razón ampliada" (cf. Benedicto XVI, Discurso del 12 de septiembre de 2006 en la Universidad de Ratisbona) la verdad en toda su extensión, es decir, sin limitarse a adquirir conocimientos técnicos para dominar la realidad material, sino abriéndose hasta encontrar al Trascendente, y para vivir plenamente la dimensión interpersonal del amor, que "no es sólo el principio de las micro-relaciones, como en las amistades, la familia, el pequeño grupo, sino también de las macro-relaciones, como las relaciones sociales, económicas y políticas" (Caritas in veritate, 2).
Precisamente son la "veritas" y la "caritas" las que nos indican las exigencias de la ley natural, que Benedicto XVI pone como criterio fundamental de la reflexión de orden moral sobre la actual realidad socioeconómica: "Caritas in veritate es el principio sobre el que gira la doctrina social de la Iglesia, un principio que adquiere forma operativa en criterios orientadores de la acción moral" (ib., 6). Con expresión eficaz, el Santo Padre afirma por eso que "la doctrina social de la Iglesia (...) es "caritas in veritate in re sociali", anuncio de la verdad del amor de Cristo en la sociedad. Dicha doctrina es servicio de la caridad, pero en la verdad" (ib., 5).
La propuesta de la encíclica ni es de carácter ideológico ni está reservada sólo a quienes comparten la fe en la Revelación divina, sino que se funda en realidades antropológicas fundamentales, como son precisamente la verdad y la caridad correctamente entendidas, o como dice la encíclica, dadas al hombre y recibidas por él, y no producidas por él arbitrariamente ("La verdad, que como la caridad es don, nos supera, como enseña san Agustín. Incluso nuestra propia verdad, la de nuestra conciencia personal, ante todo nos ha sido "dada". En efecto, en todo proceso cognitivo la verdad no es producida por nosotros, sino que se encuentra o, mejor aún, se recibe. Como el amor, "no nace del pensamiento o la voluntad, sino que en cierto sentido se impone al ser humano"", ib., 34).
Benedicto XVI quiere recordar a todos que sólo anclándose en este doble criterio de la "veritas" y de la "caritas", inseparablemente unidas, se puede construir el auténtico bien del hombre, hecho para la verdad y el amor. Según el Santo Padre, "sólo con la caridad, iluminada por la luz de la razón y de la fe, es posible conseguir objetivos de desarrollo con un carácter más humano y humanizador" (ib., 9).
Después de esta premisa indispensable, en la que he querido poner de manifiesto algunos aspectos antropológicos y teológicos del texto pontificio, tal vez menos comentados en las notas periodísticas, deseo exponer ahora sólo algunos puntos, sin la pretensión de cubrir el vasto contenido de la encíclica, que, por lo demás, ya han profundizado de modo específico comentaristas autorizados, tanto en las páginas de "L'Osservatore Romano" como en otras publicaciones.
Superar antiguas y obsoletas dicotomías
Un mensaje importante que nos transmite la Caritas in veritate es la invitación a superar la ya obsoleta dicotomía entre la esfera de lo económico y la esfera de lo social. La modernidad nos ha dejado en herencia la idea según la cual para poder operar en el campo de la economía es indispensable buscar el beneficio y moverse sobre todo por el propio interés; equivale a decir que no se es plenamente empresario si no se persigue la maximización del beneficio. En caso contrario, habría que contentarse con formar parte de la esfera de lo social.
Esta conceptualización, que confunde la economía de mercado, la cual es el genus, con una de sus species, como es el sistema capitalista, ha llevado a identificar la economía con el lugar de la producción de la riqueza (o del rédito) y lo social con el lugar de la solidaridad para una distribución equitativa de la misma.
La Caritas in veritate nos dice, en cambio, que se puede hacer empresa también cuando se persiguen fines de utilidad social y se actúa por motivaciones de tipo pro-social. Esta es una manera concreta, aunque no la única, de colmar la brecha entre lo económico y lo social dado que una gestión económica que no incorporara en su interior la dimensión de lo social no sería éticamente aceptable, como también es verdad que una gestión social meramente redistributiva, que no tenga en cuenta el vínculo de los recursos, a la larga no sería sostenible, pues antes de poder distribuir es necesario producir.
Hay que dar las gracias a Benedicto XVI de modo particular por haber subrayado que la gestión económica no es algo separado y ajeno a los principios fundamentales de la doctrina social de la Iglesia, que son: la centralidad de la persona humana, la solidaridad, la subsidiariedad y el bien común. Es preciso superar la concepción práctica según la cual los valores de la doctrina social de la Iglesia únicamente deberían encontrar espacio en las obras de índole social, mientras que a los expertos en eficiencia les correspondería la tarea de guiar la economía. Esta encíclica tiene el mérito, ciertamente no secundario, de contribuir a colmar esa laguna, cultural y política a la vez.
Al contrario de lo que se piensa, la eficiencia no es el fundamentum divisionis para distinguir lo que es empresa de lo que no lo es, y esto por la sencilla razón de que la categoría de la eficiencia pertenece al orden de los medios y no al de los fines. En realidad, hay que ser eficientes para conseguir lo mejor posible el fin que libremente se ha escogido para la propia acción. El empresario que se deja guiar por una eficiencia que sea fin en sí misma corre el peligro de caer en el eficientismo, que en la actualidad es una de las causas más frecuentes de destrucción de la riqueza, como tristemente confirma la actual crisis económico-financiera.
Ampliando un instante la perspectiva del discurso, decir mercado significa decir competencia, en el sentido de que no puede haber mercado donde no hay praxis de competencia (aunque lo contrario no sea verdad). Y no hay quien niegue que la fecundidad de la competencia está en el hecho de que implica la tensión, la dialéctica que presupone la presencia de otro y la relación con otro. Sin tensión no hay movimiento, pero el movimiento -esta es la cuestión- que produce la tensión puede ser también mortífero, es decir, generador de muerte.
Cuando la finalidad de la gestión económica no es la búsqueda de un objetivo común -como se deduciría de la etimología latina "cum-petere"- sino la "mors tua, vita mea" de Hobbes, el vínculo social se reduce a la relación mercantil y la actividad económica tiende a hacerse inhumana y, por lo tanto, en último extremo ineficiente. Así pues, igualmente en la competencia, la "doctrina social de la Iglesia sostiene que se pueden vivir relaciones auténticamente humanas, de amistad y de sociabilidad, de solidaridad y de reciprocidad, también dentro de la actividad económica y no solamente fuera o "después" de ella. El sector económico no es ni éticamente neutro ni inhumano o antisocial por naturaleza. Es una actividad del hombre y, precisamente porque es humana, debe ser articulada e institucionalizada éticamente" (ib., 36).
Ahora bien, la Caritas in veritate nos ofrece el beneficio, ciertamente no pequeño, de tomar en gran consideración aquella concepción del mercado, típica de la tradición de pensamiento de la economía civil, según la cual se puede vivir la experiencia de la sociabilidad humana dentro de una vida económica normal y no fuera de ella o al margen de ella. Esta es una concepción que se podría definir alternativa, sea respecto a la que ve el mercado como lugar de la explotación y del atropello del fuerte sobre el débil, sea respecto a la que, en línea con el pensamiento anárquico-liberal, lo ve como lugar capaz de dar solución a todos los problemas de la sociedad.
Este modo de hacer empresa se diferencia de la economía de tradición smithiana, según la cual el mercado es la única institución realmente necesaria para la democracia y para la libertad. La doctrina social de la Iglesia nos recuerda, en cambio, que una buena sociedad ciertamente es fruto del mercado y de la libertad, pero que existen exigencias, atribuibles al principio de fraternidad, que no se pueden eludir ni remitir únicamente al ámbito privado o a la filantropía. Más bien, propone un humanismo de más dimensiones, en el que no se combate o "controla" el mercado, sino que se contempla como momento importante de la esfera pública -esfera que es mucho más amplia de lo meramente estatal- que, si se concibe y se vive como lugar abierto también a los principios de reciprocidad y del don, puede construir una sana convivencia civil.
A partir de la fraternidad el bien común
Abordo ahora uno de los temas presentes en la encíclica que, a mi parecer, ha suscitado cierto interés público por la novedad que implican los principios de fraternidad y de gratuidad en la gestión económica. "El desarrollo, si quiere ser auténticamente humano -dice Benedicto XVI-, necesita dar espacio al principio de gratuidad" (ib., 34). Hacen falta "formas económicas solidarias". En este sentido, es significativo el capítulo dedicado a la colaboración de la familia humana, donde se pone de relieve que "el desarrollo de los pueblos depende sobre todo de que se reconozcan como parte de una sola familia", por lo cual "dicho pensamiento obliga a una profundización crítica y valorativa de la categoría de la relación". Y también: "El tema del desarrollo coincide con el de la inclusión relacional de todas las personas y de todos los pueblos en la única comunidad de la familia humana, que se construye en la solidaridad sobre la base de los valores fundamentales de la justicia y la paz" (ib., 53-54).
La palabra clave que hoy expresa, mejor que cualquier otra, esta exigencia es la fraternidad. Fue la escuela de pensamiento franciscana la que dio a este término el significado que ha conservado a lo largo del tiempo y que constituye el complemento y la exaltación del principio de solidaridad. De hecho, mientras la solidaridad es el principio de organización social que permite a los desiguales llegar a ser iguales en virtud de su igual dignidad y de sus derechos fundamentales, el principio de fraternidad es el principio de organización social que permite a los iguales ser diferentes, en el sentido de que pueden expresar de modo diverso su proyecto de vida o su carisma.
Lo aclaro más: las épocas que hemos dejado atrás, como el siglo XIX y sobre todo el XX, se caracterizaron por grandes batallas, tanto culturales como políticas, en nombre de la solidaridad, y esto fue algo bueno; piénsese en la historia del movimiento sindical y en la lucha por la conquista de los derechos civiles. Lo importante es que una sociedad orientada al bien común no puede contentarse con la solidaridad, sino que necesita una solidaridad que refleje la fraternidad, dado que, mientras la sociedad fraterna también es solidaria, lo contrario no es verdad necesariamente.
Si se olvida el hecho de que no es sostenible una sociedad de seres humanos en la que decae el sentido de fraternidad y en la que todo se reduce a mejorar las transacciones basadas en el intercambio de equivalentes o a aumentar las transferencias realizadas por estructuras asistenciales de carácter público, se cae en la cuenta de por qué, a pesar de la calidad de las fuerzas intelectuales que actúan, no se ha llegado aún a una solución creíble del gran trade-off entre eficiencia y equidad. La Caritas in veritate nos ayuda a tomar conciencia de que la sociedad no es capaz de futuro si se disuelve el principio de fraternidad; es decir, no es capaz de progresar si existe y se desarrolla sólo la lógica del "dar para tener" o del "dar por deber". Por eso, ni la visión liberal-individualista del mundo, en la que todo -o casi- es intercambio, ni la visión estado-céntrica de la sociedad, en la que todo -o casi- constituye un deber, son guías seguras para poder salir del atolladero en el que se encuentran hoy nuestras sociedades.
Se plantea entonces la cuestión: ¿por qué vuelve a emerger como un río cárstico la perspectiva del bien común según la formulación que le ha dado la doctrina social de la Iglesia, después de al menos un par de siglos durante los cuales de hecho había desaparecido? ¿Por qué el paso de los mercados nacionales al mercado global, verificado durante el último cuarto de siglo, está actualizando de nuevo el discurso sobre el bien común? Anoto, de paso, que cuanto sucede forma parte de un movimiento de ideas más amplio en economía, un movimiento cuyo objeto es el vínculo entre religiosidad y performance económica. Partiendo de la consideración de que las creencias religiosas son de importancia decisiva para forjar los mapas cognoscitivos de las personas y para plasmar las normas sociales de comportamiento, este movimiento de ideas trata de investigar hasta qué punto el predominio en un determinado país -o territorio- de cierta matriz religiosa influye en la formación de categorías de pensamiento económico, en los programas de welfare, en la política escolar y así sucesivamente. Después de un largo período de tiempo, durante el cual la célebre tesis de la secularización parecía haber dicho la última palabra sobre la cuestión religiosa, al menos por lo que atañe al campo económico, lo que está aconteciendo hoy resulta verdaderamente paradójico.
No es muy difícil explicarse que haya vuelto al debate cultural contemporáneo la perspectiva del bien común, auténtica cifra de la ética católica en el ámbito socioeconómico. Como aclaró Juan Pablo ii en varias ocasiones, la doctrina social de la Iglesia no se debe considerar una teoría ética más entre las muchas que ya existen, sino una "gramática común" a todas ellas, porque está fundada en un punto de vista específico: interesarse por el bien humano. En realidad, mientras las diversas teorías éticas ponen su fundamento en la búsqueda de reglas (como sucede en el iusnaturalismo positivista, según el cual la ética deriva de la norma jurídica) o en la gestión (piénsese en el neo-contractualismo rawlsiano o en el neo-utilitarismo), la doctrina social de la Iglesia toma como su punto de Arquímedes el "estar con". El sentido de la ética del bien común explica que para poder comprender la acción humana es preciso situarse en la perspectiva de la persona que actúa (cf. Veritatis splendor, 78) y no en la perspectiva de la tercera persona (como hace el iusnaturalismo) o bien del espectador imparcial (como había sugerido Adam Smith). En efecto, dado que el bien moral es una realidad práctica, lo conoce principalmente no quien lo teoriza, sino quien lo practica: este es el que sabe identificarlo y, por lo tanto, escogerlo con certeza cada vez que está en discusión.
El principio del don en economía
Pasemos ahora a hablar del principio del don en economía. ¿Qué implica, en la práctica, acoger la perspectiva de la gratuidad dentro de la actuación económica? Benedicto XVI responde que mercado y política necesitan "personas abiertas al don recíproco" (cf. Caritas in veritate, 35-39). La consecuencia que se deriva de reconocer al principio de gratuidad un puesto de primer orden en la vida económica guarda relación con la difusión de la cultura y de la praxis de la reciprocidad. Junto a la democracia, la reciprocidad -definida por Benedicto XVI "la constitución íntima del ser humano" (ib., 57)- es valor que funda una sociedad. Más aún, también se podría sostener que la regla democrática encuentra en la reciprocidad su sentido último.
¿En qué "lugares" la reciprocidad es de casa, o sea, dónde se practica y alimenta? La familia es el primero de esos lugares: piénsese en las relaciones entre padres e hijos, y entre hermanos y hermanas. En torno a la propia familia se desarrolla la relación de donación típica de la fraternidad. Luego está la cooperativa, la empresa social y las diferentes formas de asociaciones. ¿No es verdad que las relaciones entre los miembros de una familia o entre los socios de una cooperativa son relaciones de reciprocidad? Hoy sabemos que el progreso civil y económico de un país depende básicamente de cuán difundidas estén entre sus ciudadanos las prácticas de reciprocidad. En la actualidad hay una inmensa necesidad de cooperación: precisamente por eso necesitamos extender las formas de gratuidad y reforzar las que ya existen. Las sociedades que extirpan de su tierra las raíces del árbol de la reciprocidad están destinadas a la decadencia, como desde hace tiempo nos ha enseñado la historia.
¿Cuál es la función propia del don? Hacer comprender que junto a los bienes de justicia están los bienes de gratuidad y, por consiguiente, que no es auténticamente humana la sociedad que se contenta únicamente con los bienes de justicia. El Papa habla de "la sorprendente experiencia del don" (ib., 34).
¿Cuál es la diferencia? Los bienes de justicia son los que nacen de un deber; los bienes de gratuidad son los que nacen de una obligatio. Es decir, son bienes que nacen del reconocimiento de que yo estoy unido a otro, el cual en cierto sentido es parte constitutiva de mí. Precisamente por eso la lógica de la gratuidad no se puede reducir, de forma simplista, a una dimensión puramente ética, pues la gratuidad no es una virtud ética. La justicia, como ya enseñaba Platón, es una virtud ética, y todos estamos de acuerdo en la importancia de la justicia, pero la gratuidad atañe más bien a la dimensión supra-ética de la acción humana porque su lógica es la sobreabundancia, mientras que la lógica de la justicia es la lógica de la equivalencia. Pues bien, la Caritas in veritate nos dice que una sociedad, para funcionar bien y para progresar, necesita que dentro de la praxis económica haya sujetos que comprendan qué son los bienes de gratuidad; en otras palabras, que se comprenda que es preciso hacer que en los circuitos de nuestra sociedad vuelva a fluir el principio de gratuidad.
Benedicto XVI invita a restituir el principio del don a la esfera pública. El don auténtico, afirmando el primado de la relación sobre su exoneración, del vínculo intersubjetivo sobre el bien donado, de la identidad personal sobre lo útil, debe poder encontrar espacio de expresión en todas partes, en cualquier ámbito de la acción humana, incluida la economía. El mensaje que nos deja la Caritas in veritate es pensar la gratuidad y, por tanto, la fraternidad, como cifra de la condición humana y por consiguiente ver en el ejercicio del don el presupuesto indispensable para que Estado y mercado puedan funcionar teniendo como objetivo el bien común. Sin prácticas difundidas de don, se podrá también tener un mercado eficiente y un Estado autorizado -e incluso justo-, pero ciertamente no se ayudará a las personas a realizar la alegría de vivir. Porque eficiencia y justicia, aunque vayan unidas, no bastan para asegurar la felicidad de las personas.
Las causas remotas de la crisis financiera
La Caritas in veritate analiza las causas profundas -y no sólo las causas próximas- de la crisis actual. No pretendo ahora repasarlas; me limitaré a sintetizar los tres factores principales de crisis identificados y analizados.
El primero se refiere al cambio radical en la relación entre finanzas y producción de bienes y servicios que se ha consolidado en el curso de las tres últimas décadas. Desde la mitad de los años 70 del siglo pasado, varios países occidentales han condicionado sus promesas en el ámbito de las pensiones a inversiones que dependían del aprovechamiento sostenible de los nuevos instrumentos financieros, exponiendo así a la economía real a los caprichos de las finanzas y generando la necesidad creciente de destinar a la remuneración de los ahorros invertidos en ellos cuotas de valor añadido. Las presiones sobre las empresas, derivadas de las bolsas y de los fondos de private equity, se han extendido en más direcciones: sobre dirigentes, inducidos a mejorar continuamente la performance de sus gestiones con el fin de recibir volúmenes crecientes de stock options; sobre los consumidores, para convencerlos a comprar cada vez más, aun sin poder adquisitivo; sobre las empresas de la economía real, para convencerlas a que aumenten el valor para el accionista. Así, ha sucedido que la demanda persistente de resultados financieros cada vez más brillantes ha repercutido sobre todo el sistema económico, hasta convertirse en un auténtico modelo cultural.
El segundo factor causal de la crisis es la difusión, en el ámbito de la cultura popular, del ethos de la eficiencia como criterio último de juicio y de justificación de la realidad económica. Por un lado, ello ha acabado por legitimar la codicia -que es la forma más conocida y difundida de avaricia- como una especie de virtud cívica: elgreed market que sustituye al free market. "Greed is good, greed is right" (la codicia es buena, la codicia es justa), predicaba Gordon Gekko, el protagonista de la célebre película "Wall Street", de 1987.
Por último, la Caritas in veritate analiza también la causa de las causas de la crisis: la especificidad de la matriz cultural que se ha ido consolidando en los últimos decenios, por un lado, sobre la ola del proceso de globalización y, por otro, por la llegada de la tercera revolución industrial, la de las tecnologías info-telemáticas. Un aspecto específico de esa matriz es la insatisfacción, cada vez más generalizada, respecto al modo de interpretar el principio de libertad. Como es sabido, son tres las dimensiones que constituyen la libertad: la autonomía, la inmunidad y la capacitación. La autonomía implica libertad de elección: no se es libre si no se está en condición de elegir. La inmunidad, en cambio, implica ausencia de coerción por parte de cualquier agente externo. Fundamentalmente es la libertad negativa, es decir, "estar libre de". Por último, la capacitación -literalmente, capacidad de acción- implica capacidad de elección, de conseguir, al menos en parte o en alguna medida, lo que el sujeto se propone. No se es libre si nunca -o al menos en parte- se logra realizar el propio proyecto de vida.
Como se puede comprender, el desafío que hay que afrontar es hacer que coexistan las tres dimensiones de la libertad; por esta razón, el paradigma del bien común se presenta como una perspectiva muy interesante que conviene explorar.
A la luz de lo dicho se puede comprender por qué la crisis financiera no se puede considerar como un hecho inesperado ni inexplicable. Precisamente por eso, sin quitar nada a las indispensables intervenciones de regulación y a las necesarias formas nuevas de control, no lograremos impedir que surjan en el futuro episodios análogos si no se extirpa el mal de raíz, es decir, si no se interviene sobre la matriz cultural que sostiene el sistema económico. A las autoridades de gobierno esta crisis les transmite un doble mensaje. En primer lugar, que la crítica sacrosanta al "Estado intervencionista" de ningún modo puede hacer que se desconozca el papel central del "Estado regulador". En segundo lugar, que las autoridades públicas situadas en los diversos niveles de gobierno deben permitir, más aún, favorecer el nacimiento y el reforzamiento de un mercado financiero pluralista, o sea, un mercado en el que puedan actuar en condiciones de igualdad objetiva sujetos diferentes en lo que atañe al fin específico que atribuyen a su actividad. Pienso en los bancos del territorio, en los bancos de crédito cooperativo, en los bancos éticos, en los distintos fondos éticos. Se trata de entidades que no sólo no proponen en sus ventanillas finanzas creativas, sino que sobre todo desempeñan un papel complementario, y por tanto equilibrador, respecto a los agentes de las finanzas especulativas. Si en las últimas décadas las autoridades financieras hubieran eliminado los numerosos vínculos que pesan sobre los sujetos de las finanzas alternativas, la crisis actual no habría tenido el poder devastador que estamos conociendo.
Conclusión
Antes de concluir, deseo dar las gracias al presidente del Senado de la República Italiana, el honorable Schifani, por haberme permitido ilustrar a este cualificado auditorio algunos rasgos de la última encíclica de Benedicto XVI.
De algún modo, es como si volviera hoy el Santo Padre a esta sede del Senado de la República, donde el entonces cardenal Joseph Ratzinger impartió el 13 de mayo de 2004, en la biblioteca del Senado mismo, una lectio magistralis, que no se ha olvidado, sobre el tema: "Europa. Sus fundamentos espirituales ayer, hoy y mañana".
Es interesante notar cómo en aquella intervención el futuro Pontífice abordó, entre otros, algunos temas que volvemos a encontrar hoy en su última encíclica. Pensemos, por ejemplo, en la afirmación de la razón profunda de la dignidad de la persona y de sus derechos: estos -dijo el entonces cardenal Ratzinger- "no son creados por el legislador, ni conferidos a los ciudadanos; "más bien, existen por derecho propio y el legislador debe respetarlos siempre, pues se le han dado previamente como valores de orden superior". Esta validez de la dignidad humana previa a toda acción política y a toda decisión política remite en definitiva al Creador: sólo él puede establecer valores que se fundan en la esencia del hombre y que son intocables. El hecho de que existan valores que no pueden ser manipulados por nadie es la verdadera garantía de nuestra libertad y de la grandeza humana; la fe cristiana ve en ello el misterio del Creador y de la condición de imagen de Dios que él ha conferido al hombre".
En la Caritas in veritate Benedicto XVI repite que "se corre el riesgo de que no se respeten los derechos humanos" cuando "se les priva de su fundamento trascendente" (ib., 56), es decir, cuando se olvida que "Dios es el garante del verdadero desarrollo del hombre en cuanto, habiéndolo creado a su imagen, funda también su dignidad trascendente" (ib., 29).
También en esa lectio magistralis impartida hace cinco años, el actual Pontífice recordó que "un segundo punto en el que aparece la identidad europea es el matrimonio y la familia. El matrimonio monógamo, como estructura fundamental de la relación entre un hombre y una mujer, y al mismo tiempo como célula en la formación de la comunidad estatal, se ha forjado a partir de la fe bíblica. Este matrimonio ha dado a Europa, tanto a la occidental como a la oriental, su rostro particular y su humanidad particular, también y precisamente porque la forma de fidelidad y de renuncia aquí trazada debió ser conquistada siempre de nuevo, con muchos esfuerzos y sufrimientos. Europa no sería ya Europa si esta célula fundamental de su edificio social desapareciera o se modificara esencialmente".
En la Caritas in veritate esta advertencia se extiende hasta alcanzar una dimensión universal, podríamos decir global, y se dirige a todos los responsables de la vida pública. En ella leemos: "Se convierte (...) en una necesidad social, e incluso económica, seguir proponiendo a las nuevas generaciones la hermosura de la familia y del matrimonio, su sintonía con las exigencias más profundas del corazón y de la dignidad de la persona. En esta perspectiva, los Estados están llamados a establecer políticas que promuevan la centralidad y la integridad de la familia, fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, célula primordial y vital de la sociedad, haciéndose cargo también de sus problemas económicos y fiscales, en el respeto de su naturaleza relacional" (ib., 44).
Ciertamente la Caritas in veritate, como afirma en su título oficial, se dirige a todos los miembros de la Iglesia católica y "a todos los hombres de buena voluntad". Con todo, me parece que, por los principios que ilumina, por los problemas que afronta y por las directrices que ofrece, este documento pontificio, que suscitó tanta expectativa antes, y después tanta atención y tanto aprecio, de modo particular en el ámbito social, político y económico, puede encontrar un eco singular en esta sede institucional que es el Senado de la República.
Estoy convencido de que, más allá de las diferencias de formación y de convicciones personales, quienes tienen la delicada y honrosa responsabilidad de representar al pueblo italiano y de ejercer por mandato suyo el poder legislativo, pueden hallar en las palabras del Papa una elevada y profunda inspiración en el cumplimiento de su misión, a fin de responder adecuadamente a los desafíos éticos, culturales y sociales que hoy nos interpelan y que con gran lucidez y plenitud nos presenta la encíclicaCaritas in veritate.
Mi deseo es que este documento del Magisterio eclesial, que hoy he tratado de ilustraros, al menos en parte, encuentre en esta sede la atención que merece y así dé frutos positivos y abundantes por el bien de cada persona y de toda la familia humana, comenzando por la querida nación italiana.
ZENIT
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Dolor de Benedicto XVI por los dos guardias civiles asesinados por ETA
El Papa pide oraciones en agosto por los emigrantes y la libertad religiosa
Benedicto XVI visitará las reliquias de uno de sus maestros, san Buenaventura
El Papa, feliz en Castel Gandolfo
MUNDO
La emigración desafía a la paz, según un obispo en tierras musulmanas
Estados Unidos: Buscando un terreno común para hablar sobre el aborto
Roma recuerda a San Ignacio en su día
Un museo de Canadá expone al público 17 documentos de Qumrán
Canadá: movilización contra la legalización de la eutanasia
La Institución Teresiana prepara su primer centenario
Hallado el cuerpo sin vida de un sacerdote en el sur de la India
El cardenal Hummes presidirá en Ars la misa de la fiesta del santo cura
El Centro Don Bosco en el Congo, premiado por Unicef
Mil millones de personas sufren hambre mientras disminuyen las ayudas
ESPIRITUALIDAD
Y al séptimo día descansó
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ZENIT
El mundo visto desde Roma
Servicio diario - 27 de julio de 2009
SANTA SEDE
El Papa quiere ir a Turín a ver la Sábana Santa
Nuevos miembros de la Comisión Teológica Internacional
El colombiano Luis R. Zarama, obispo auxiliar de Atlanta
MUNDO
Denuncian que una norcoreana fue ejecutada por tener una Biblia
La India: Se celebrará en Orissa la Jornada para la Paz y la Armonía
Costa Rica celebra el Día Nacional de la Vida antes de Nacer
Arzobispado apela a la libertad religiosa ante ataques a iglesias de Barcelona
Campaña multimedia del episcopado mexicano a favor de la familia
Jóvenes apóstoles: frutos del Congreso Juvenil Misionero en México
La Eucaristía, prioridad pastoral de los obispos de Asia
INFORME ESPECIAL
Testigos de Jehová y rechazo de la sangre: el punto de vista bíblico
DOCUMENTACIÓN
Homilía de Benedicto XVI en Aosta: Dios nunca nos abandona
Santa Sede
El Papa quiere ir a Turín a ver la Sábana Santa
Confirmó este domingo al arzobispo de esta ciudad
LES COMBES, lunes, 27 julio 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI pretende ir a Turín para ver la Sábana Santa con motivo de la exposición que tendrá lugar el próximo año, según él mismo ha confirmado al arzobispo de esa arquidiócesis.
Así lo ha revelado el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, en una declaración de este lunes, en la que confirma que el Papa almorzó este domingo en Les Combes con algunos invitados, entre los que se encontraba el cardenal Severino Poletto, y el obispo de Aosta, monseñor Giuseppe Anfossi.
"El cardenal Poletto actualizó al Papa sobre la preparación de la exposición de la Sábana Santa en la primavera del próximo año, y el Papa le confirmó su intención de visitar Turín con ese motivo, en una fecha por precisar", informa el portavoz vaticano.
La exposición de la Sábana Santa, después de la última, que tuvo lugar hace diez años, está prevista del 10 de abril al 23 de mayo de 2010, según ha confirmado la arquidiócesis, que ha abierto una página dedicada a esta reliquia desde el que se podrán hacer las reservas (http://www.sindone.org).
En el año 2010, por primera vez, será posible ver directamente la Sábana Santa tras la intervención de restauración a la que fue sometida en 2002, en la que se extrajeron los bordes de tejido quemados en el incendio de 1532 en Chambéry, descosidos los "remiendos" aplicados por religiosas clarisas, despegado el paño de Holanda sobre el cual había sido fijada en 1534. El Sudario ahora es expuesto en un nuevo soporte.
En esta ocasión, se ha previsto también un nuevo recorrido para informar a los visitantes sobre la historia y significado del lienzo, complementado con documentos fotográficos inéditos de alta resolución.Según explica la arquidiócesis durante el período de la exposición se espera que el Papa celebre la misa en el atrio de la catedral.
Últimos días de vacaciones para el Papa
Después de haber presidido este domingo el Ángelus junto a unos cinco mil peregrinos y del almuerzo con sus huéspedes, el Santo Padre realizó este domingo un breve paseo.
En este lunes y martes, el Papa no tenía "compromisos particulares", según revela el padre Lobardi. Son días dedicados "a la oración, el estudio y la lectura".
El Papa se despedirá en la mañana de este miércoles de Les Combes, en particular, de las personas que han hecho posible estos días de descanso, en particular, las fuerzas de seguridad, los bomberos, la protección civil, así como a las autoridades locales.
Hacia las 5 p.m, el Papa viajará en helicóptero al aeropuerto de Turín, Caselle, para tomar un avión a Roma (aeropuerto de Ciampino). Desde allí viajará en coche a la residencia de Castel Gandolfo, a unos 30 kilómetros de Roma, donde trabajará el resto del verano.
Nuevos miembros de la Comisión Teológica Internacional
Mario Ángel Flores, Javier Prades y Guillermo Zuleta forman parte de la entidad
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 27 de julio de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha nombrado a nuevos miembros de la Comisión Teológica Internacional y ha renovado en el cargo a los demás del pasado quinquenio, informó este sábado la Oficina de Información de la Santa Sede.
La Comisión fue instituida por el Papa Pablo VI, respondiendo a la propuesta realizada por el primer Sínodo de los Obispos, celebrado tras el Concilio Vaticano II, el 11 de abril de 1969.
La función de la Comisión es ayudar a la Santa Sede, especialmente a la Congregación para la Doctrina de la Fe, a examinar cuestiones doctrinales de mayor importancia.
La Comisión se compone de teólogos de diversas escuelas y naciones, eminentes por ciencia y fidelidad al Magisterio de la Iglesia.
Está presidida por el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, actualmente el cardenal William Joseph Levada.
Los miembros -en número no superior a 30- son nombrados por el Santo Padre por cinco años a propuesta del cardenal prefecto de la Congregación y tras consulta con las Conferencias Episcopales.
Tras los nombramientos y renovaciones de los miembros, la Comisión Teológica Internacional ha quedado compuesta por los siguientes miembros:
- Charles MOREROD, O.P., Secretario General.
- Peter Damian AKPUNONU (Nigeria), profesor de exégesis bíblica en la Universidad St. Mary of the Lake de Mundelein (Estados Unidos)
- Serge Thomas BONINO, O.P., profesor de filosofía en el Estudio Dominico y el Institut Catholique de Toulouse (Francia).
- Geraldo Luis BORGES HACKMANN, profesor de teología sistemática en la Universidad de Puerto Alegre (Brasil).
- Sara BUTLER, M.S.B.T., profesora de teología sistemática en el Seminario St. Joseph de Nueva York (Estados Unidos).
- Antonio CASTELLANO, S.D.B. (Chile), profesor de teología sistemática en la Universidad Pontificia Salesiana, Roma.
- Adelbert DENAUX, profesor de teología bíblica en el Seminario León XIII de Lovaina (Bélgica).
- Marco DOLDI, profesor de teología moral en la Facultad Teológica de la Italia Septentrional, Sección de Génova.
- Gilles EMERY, O.P., profesor de teología sistemática en la Facultad de Teología de Friburgo (Suiza).
- Mario Angel FLORES, profesor de teología sistemática en la Facultad Teológica Mexicana (México).
- Francis GUSTILO, S.D.B., profesor de teología y espiritualidad en el Centro de Estudios Don Bosco de Parañaque, Manila (Filipinas).
- Barbara HALLENSLEBEN (Alemania), profesora de teología y de ecumenismo en la Facultad de Teología de Friburgo (Suiza).
- Savio HON TAI-FAI, S.D.B., profesor de teología sistemática en el Seminario Teológico de Hong Kong (China).
- Tomislav IVANČIĆ, profesor de teología sistemática en la Facultad de Teología de Zagreb (Croacia).
- István IVANCSÓ, profesor de teología oriental en Nyíregyháza (Hungría).
- Tony KELLY, C.S.S.R, profesor de teología moral en la Universidad Católica Australiana de Canberra (Australia).
- Jan W. M. LIESEN, profesor de teología bíblica en el Seminario de Rolduc (Países Bajos).
- Monseñor Paul McPARTLAN (Gran Bretaña), profesor de teología sistemática en la Universidad Católica de América, Washington (Estados Unidos).
- Thomas NORRIS, profesor de teología sistemática en el Seminario Teológico Saint Patrick's College de Maynooth (Irlanda).
- Javier PRADES LÓPEZ, profesor de teología sistemática en la Facultad de Teología de Madrid (España).
- Johannes REITER, profesor de teología moral en la Facultad de Teología de Maguncia (Alemania).
- Paul ROUHANA, O.L.M., profesor de teología espiritual en la Universidad Espíritu Santo de Jounieh (Líbano).
- Leonard SANTEDI KINKUPU, profesor de teología sistemática en la Facultad de Teología de Kinshasa (República Democrática del Congo).
- Michael SCHULZ, profesor de teología sistemática en la Facultad de Teología de la Universidad de Bonn (Alemania).
- Pierangelo SEQUERI, profesor de teología fundamental en la Facultad Teológica de la Italia Septentrional, Milán.
- Thomas SOEDING, profesor de exégesis del Nuevo Testamento en el Seminario Católico Teológico de Wuppertal (Alemania).
- Monseñor Jerzy SZYMIK, profesor de teología sistemática en la Universidad de Katowice (Polonia).
- Philippe VALLIN, profesor de teología sistemática en la Facultad de Teología de la Universidad de Estrasburgo (Francia).
- Dominic VELIATH, S.D.B., profesor de teología sistemática en la Facultad de Teología de Bangalore (India).
- Guillermo ZULETA, profesor de teología sistemática y de derecho canónico en la Universidad de Medellín (Colombia).
El colombiano Luis R. Zarama, obispo auxiliar de Atlanta
Era vicario general de la arquidiócesis estadounidense
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 27 de julio de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha nombrado al colombiano Luis R. Zarama nuevo obispo auxiliar de la arquidiócesis estadounidense de Atlanta, informó este lunes la Oficina de Información de la Santa Sede.
Zarama era hasta ahora vicario general de la misma arquidiócesis de Atlanta. Benedicto XVI le ha asignado la sede titular episcopal de Bararo.
El nuevo obispo nació el 28 de noviembre de 1958 en Pasto (Colombia), en cuyo Seminario estudió. Se licenció en filosofía y teología en la Universidad Mariana, y en Derecho Canónico en la Universidad Javeriana de Bogotá.
Fue ordenado sacerdote para la arquidiócesis de Atlanta el 27 de noviembre de 1993. Tras ejercer su ministerio en varias parroquias de esta arquidiócesis del norte del estado de Georgia, trabajó como abogado en el Tribunal de Apelación del Tribunal metropolitano de Atlanta.
Ha ejercido como Defensor del Vínculo desde 1997 y como vicario judicial desde el año 2008. Desde el año 2000 es subdirector de Vocaciones y ocupaba el cargo de vicario general desde el año 2006.
Habla inglés y español y el 4 de julio de 2004 se convirtió en ciudadano americano. El 10 de febrero de 2007 fue nombrado Capellán de Su Santidad.
Zarama ayudará al arzobispo Wilton D. Gregory, S.L.D., en el gobierno de la diócesis de Atlanta, que incluye 69 condados, entre ellos Lincoln, McDuffie, Warren, Hancock, Baldwin, Punam, Jasper, Monroe, Upson, Meriwether y Troup.
Mundo
Denuncian que una norcoreana fue ejecutada por tener una Biblia
Aumentan las ejecuciones de cristianos según grupos de derechos humanos
PYONGYANG, lunes, 27 julio 2009 (ZENIT.org).- Distintas organizaciones de defensa de los derechos humanos en Corea del Sur han denunciado el aumento de las ejecuciones de cristianos en Corea del Norte, algunas de ellas en público.
El informe de varias organizaciones surcoreanas destaca el caso de una mujer que fue ajusticiada en público el mes pasado, en una localidad norcoreana cercana a la frontera con China.
Según indica Andre Vornic, corresponsal de BBC en Asia, la mujer fue acusada de distribuir biblias, espiar para Corea del Sur y Estados Unidos y colaborar con disidentes.
El gobierno de Estados Unidos sostiene que el hecho de poseer una biblia en el país comunista puede ser motivo de torturas y desaparición, afirma Vornic.
De acuerdo a las denuncias, los padres de esta mujer, su marido y sus hijos fueron enviados a un campo de detención. El corresponsal de la BBC añade que aunque estas informaciones son muy difíciles de comprobar, Corea del Norte es conocida por su intolerancia hacia la religión.
Según informa la agencia AP, la mujer ejecutada era una madre de tres hijos, Ri Hyon-ok, de 33 años. Fue ajusticiada en la ciudad del noroeste de Ryongchon el 16 de junio, según un informe de la Comisión Investigadora de Crímenes contra la Humanidad, publicado el viernes. El informe no ha podido ser verificado.
Pero sigue a los testimonios de disidentes norcoreanos e informes de grupos de derechos humanos que exponen cada vez con más frecuencia la persecución religiosa y violaciones de derechos en el país comunista.
El mes pasado, la Voz de los Mártires (VOM) advirtió que, a través de un fax anónimo aparentemente de la embajada norcoreana de Finlandia, decía que "algo muy malo sucedería" a los trabajadores de VOM si la organización continúa su proyecto de compartir el Evangelio. La advertencia era la respuesta a la obtención de VOM de números fax de Corea del Norte y su envío de faxes conteniendo mensajes cristianos y pasajes de la Escritura.
Corea del Norte ha sido calificada como el peor perseguidor de cristianos durante siete años consecutivos en la Lista de 2009 de Open Doors Watch.
Los norcoreanos son obligados a practicar un culto a la personalidad que incluye a Kim Jong-Il y su difunto padre. Cualquier otra religión, en especial la cristiana está prohibida.
Si se descubre que alguien es cristiano o posee una Biblia, es enviado a los campos de trabajo administrados por el Gobioerno o debe afrontar la ejecución pública.
Se cree que decenas de miles de cristianos están actualmente sufriendo en los campos de prisioneros de Corea del Norte, según Open Doors. Se sospecha que el régimen tiene detenidos a más prisioneros políticos y religiosos que cualquier otro país del mundo.
Hay algunas iglesias en la capital, Pyongyang, pero son principalmente para enseñarlas. No está claro si estas iglesias están abiertas sólo cuando los extranjeros las visitan o son sólo usadas por extranjeros. De todos modos, este puñado de iglesias no son para los ciudadanos norcoreanos, según los disidentes.
La Comisión Investigadora de Crímenes contra la Humanidad, una coalición de 50 grupos activistas, está pidiendo que el líder norcoreano Kim Jong-Il sea acusado de crímenes contra la humanidad.
A pesar de la persecución, se estima que unos treinta mil norcoreanos practican el cristianismo en sus hogares y en secreto.
Por Nieves San Martín
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La India: Se celebrará en Orissa la Jornada para la Paz y la Armonía
El 23 de agosto, en el escenario de atentados contra los cristianos
BHUBANESWAR, lunes, 27 julio 2009 (ZENIT.org).- A un año de la oleada de violencia contra los cristianos que sacudió al estado de Orissa, la India, los cristianos piden que se celebre el próximo 23 de agosto una Jornada para la Paz y la Armonía.
La violencia se desencadenó a raíz del asesinato del swami (título respetuoso de exponentes hindúes) Laxamananda Saraswati, del que se culpó injustamente a los cristianos.
La propuesta hecha a las autoridades civiles, informa el diario vaticano "L'Osservatore Romano", es fruto del empeño del fórum ecuménico presidido por el arzobispo de Cuttack-Bhubaneswar, Raphael Cheenath.
En un comunicado del organismo, se afirma que "la paz y la armonía se rompieron por el horrible homicidio del swami, tras el cual estalló la violencia contra hombres, mujeres y niños en el distrito de Kandhamal y en todo Orissa. Los criminales mancharon la imagen de Orissa y de India a los ojos de la comunidad internacional".
El comunicado subraya además que "los cristianos esperan con paciencia que los verdaderos culpables sean castigados según la ley" pero que es también importante que "semejantes eventos no se repitan" y, por esto, añade "es necesario declarar el 23 de agosto como día de paz y armonía, para que los planes diabólicos de los criminales de dividir la sociedad por motivos religiosos sean detenidos".
"Debemos --añade-- perdonar y olvidar el pasado y construir una fuerte e integrada sociedad civil que no sea devastada por los planes de los criminales".
El fórum, al que se han adherido incluso los líderes de las minorías de Orissa, Swarupananda Patra y el portavoz del Consejo Cristianos Utkal, Bibhudata Das, ha propuesto además un plan con varios puntos para "desarraigar la campaña de odio y violencia de la pacífica Orissa".
En este sentido, convoca a la sociedad civil a la unidad, para combatir los planes que promueven discordia y divisiones. Además solicita al Gobierno que garantice la necesaria seguridad a las minorías y extender la protección también a los swamis, a sus seguidores y a los asrhams (lugares religiosos), porque la violencia contra los líderes hindúes es utilizada como pretexto por los criminales para atacar a las minorías.
El fórum subrayar la dramática situación de los numerosos refugiados que viven todavía en los campos de socorro montados por el Gobierno, sobre todo en la zona de Kandhamal.
El arzobispo Cheenath exhorta a las autoridades estatales a tomar las necesarias medidas para asistir de manera adecuada a los refugiados que tienen miedo de volver a sus aldeas a causa de la persistencia de amenazas por parte de los extremistas hindúes.
"Queremos dar a todos los hombres de buena voluntad --afirma el arzobispo-- un mensaje positivo, de perdón y reconciliación, para construir juntos una sociedad pacífica, justa y fraterna".
"Unámonos --concluye el prelado-- por la paz y la armonía en el estado de Orissa y en toda la India".
En Orissa, como en otros estados de la India, aún no habiéndose repetido las oleadas de violencia contra los cristianos, se registran todavía episodios aislados pero repetidos de agresiones y amenazas.
El reciente informe provisional de la comisión investigadora del Gobierno de Orissa sobre la violencia fue acogido con desilusión por la comunidad cristiana.
El arzobispo Cheenath a este propósito declaró que "no hace falta una investigación para conocer mejor la verdad, sino que hace falta la intención política de poner en práctica lo que dice la Constitución india y la ley".
El prelado recordó que "la Iglesia es víctima de la violencia" y que ni él ni la comunidad cristiana fueron consultados para la publicación del informe provisional.
Para el arzobispo "las investigaciones realizadas de este modo corren el riesgo de convertirse en una pérdida de tiempo y de justificar la penosa tendencia a evitar dar los nombres de los culpables y arrestarles enseguida".
Mientras tanto, otras dos personas, un joven y su mujer, del partido comunista-maoísta, se entregaron a la policía admitiendo su implicación en el asesinato del swami Laxamananda Saraswati, de cuya muerte son todavía falsamente acusados los cristianos.
Anteriormente otras tres personas, dos hombres y una mujer, también seguidores del partido, se presentaron a la policía admitiendo su implicación en el homicidio.
Por Nieves San Martín
Costa Rica celebra el Día Nacional de la Vida antes de Nacer
La vida de todo ser humano ha de ser respetada de modo absoluto, dicen los obispos
SAN JOSÉ, lunes, 27 de julio 2009 (ZENIT-org).- Hoy 27 de julio Costa Rica celebra el Día de la Vida antes de Nacer, cuya fecha se creó por decreto ejecutivo por la presidencia de la República desde 1999.
Con este motivo, los obispos que integran la Junta Directiva de la Conferencia Episcopal publicaron el 24 de julio un comunicado en el que afirman que "la vida de todo ser humano ha de ser respetada de modo absoluto".
En un comunicado enviado a ZENIT, los obispos de Costa Rica señalan que, como pastores, se unen "a quienes han optado por Cristo como fuente inagotable de vida y a todas las personas de buena voluntad, que de manera valiente se enfrentan a la cultura de muerte que el mundo secularizado pretende imponer".
La radicalidad de los valores del Reino, según los pastores costarricenses, no admite ambigüedades: "La vida de todo ser humano ha de ser respetada de modo absoluto desde el momento mismo de la concepción".
"Dado que el matrimonio natural --añaden--, es el ambiente querido por Dios desde el principio para que se engendren nuevas vida, vemos con mucha esperanza que todavía son muchas las mujeres y hombres que han preparado y se preparan adecuadamente para la vida matrimonial, mediante un noviazgo serio, honesto y virtuoso. Garantizando así a la sociedad un futuro mejor, pues al prepararse para la unión indisoluble se mantendrá firme la estructura social fundamental de la sociedad y el desarrollo integral de los ciudadanos".
Así mismos felicitan "a las mujeres y hombres que son generosos, y ofrecen su vida por sus hijos, tesoro que han recibido como don gratuito de Dios".
Afirman que estas personas "trabajan sin cesar por la construcción de la Civilización del Amor y la Cultura de la Vida, porque son discípulos de Cristo y misioneros en la iglesia doméstica, en la familia".
"Los cónyuges que son conscientes de que los hijos son más importantes que muchos
lujos y comodidades --añaden--, pero que al mismo tiempo son responsables en la educación y atención de sus hijos, cumplen con la vocación a la que han sido llamados y hacen un bien invaluable a la sociedad".
"Cada niño y niña es una esperanza para la humanidad", afirman los prelados.
En ésta ocasión, felicitan a las mujeres, "que según el plan de Dios, admiran y respetan el maravilloso proceso del embarazo".
"Indudablemente --subrayan--, cada ser humano inicia su vida en el momento de la concepción (unión del óvulo con el espermatozoide), y desde ese instante experimenta biológicamente los cambios más admirables e importantes de toda su vida".
No obstante, señalan los obispos, "en no pocas ocasiones, los futuros padres de frente a un embarazo inesperado pueden ver agravada su situación de vida por la pobreza, la agresión, la carencia de empleo, reducidas oportunidades de estudio, la soledad y el vacío afectivo, la falta de apoyo familiar y social".
Pero, según los prelados "el origen de la crisis no es el embarazo en sí, sino las circunstancias adversas. Por lo que el Estado, la sociedad civil y la Iglesia misma se deben esforzar por ofrecer la ayuda necesaria, para que el mismo signifique siempre motivo de alegría y de esperanza, desechando todo intento de eliminar aquella vida inocente".
Afirman que "desde el embarazo se inicia una relación entre la madre y el padre con su hija o hijo".
"Esta relación --subrayan-- se hará cada vez más sólida con el nacimiento y las diferentes etapas de la vida que vivirán juntos los progenitores y sus hijos. Cada etapa requerirá de una donación por parte de los padres, y una educación integral que
asumirán todos los miembros de la familia".
Los obispos de Costa Rica expresan su deseo de manifestar su "compromiso con los padres y madres, que se esfuerzan por vivir el Evangelio de la Vida".
"La Iglesia en nuestro país --concluyen--, a través de las Parroquias y su acción pastoral, les extiende la mano para apoyarlos durante el embarazo, en la educación de la niñez y juventud, la preparación para el matrimonio y el acompañamiento, para que la su unión conyugal sea imagen y semejanza de Dios uno y trino".
Arzobispado apela a la libertad religiosa ante ataques a iglesias de Barcelona
Pintadas y candados en una veintena de templos
BARCELONA, lunes 27 de julio de 2009 (ZENIT.org).- El respeto y la defensa del ejercicio del derecho a la libertad religiosa y de culto de los ciudadanos es "un elemento integrante de una sociedad auténticamente democrática", destacó el arzobispado de Barcelona tras los ataques de un grupo anarquista a una veintena de iglesias de la ciudad.
Un grupo anarquista realizó pintadas ofensivas y amenazantes en las fachadas de una veintena de iglesias de distintos barrios de Barcelona y colocó candados en las puertas que impedían el acceso a algunas de ellas, la noche del sábado al domingo.
Como respuesta, el arzobispado de Barcelona emitió este lunes un comunicado a través del cual "lamenta profundamente estas actuaciones y manifiesta que el derecho a la libertad religiosa y de culto de los ciudadanos es un derecho fundamental reconocido en la Constitución española".
Un portavoz del arzobispado de Barcelona, Jordi Piqué, explicó a ZENIT que las acciones van más allá de las pintadas porque se ha dificultado la entrada a algunas iglesias, tratando de impedir el culto, es decir, el derecho a la libertad religiosa.
Un grupo autodenominado La Gallinaire ha reivindicado la autoría de estas acciones, perpetradas "para conmemorar una semana de lucha popular que los curas bautizaron como trágica", indica el grupo en un comunicado.
Por Patricia Navas
Campaña multimedia del episcopado mexicano a favor de la familia
La Iglesia alza la voz con el Evangelio contra la violencia
MÉXICO, lunes, 27 julio 2009 (ZENIT.org-El Observador).- Al poner en marcha la campaña "Familia, sé lo que eres", el episcopado mexicano anunció, también, la puesta en marcha próxima de una campaña para "alzar la voz" contra la inseguridad y la violencia.
La Iglesia católica en el país confía en que la efectividad del Evangelio traiga paz al caos que se vive en México, aseguraron el padre Omar Sotelo Aguilar y el padre Carlos Cardona, secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal para la Comunicación y titular de Pastoral de Comunicación de la arquidiócesis de Tlanepantla, respectivamente.
Ambas campañas, a favor de la vida y en contra de la violencia, se producen en momentos --dijo el padre Sotelo Aguilar-- en que la Iglesia católica está siendo parte del tema de la inseguridad que experimenta el país, "pues en casi todas las 18 provincias eclesiásticas (de México) se experimenta la violencia del narcotráfico".
La campaña, al igual que la que comenzó este domingo para exaltar los valores de la familia y que lleva por nombre "Familia sé lo que eres", "será trasmitida por todos los órganos de difusión con que cuenta la Iglesia, desde impresos hasta Internet, y con la expectativa de que, más tarde, puedan sumarse otras innovaciones tecnológicas", agregó Sotelo Aguilar.
Para lograr ese objetivo, la Iglesia católica mexicana recurrirá a las redes sociales en Internet y al envío de materiales interactivos que se puedan descargar en teléfonos móviles y dispositivos de nueva tecnología. Entre los materiales a trasmitir serán diveras oraciones, el Evangelio del día e, incluso, el Rosario, así como formar parte de redes sociales de Iglesia, como ha diseñado ya la qruidiócesis de Tlanepantla.
"La intención --dijo el padre Carlos Cardona-- es hacer llegar el Evangelio de forma más moderna a la feligresía, sobre todo a los más jóvenes, así como las campañas de la Iglesia católica, como la campaña sobre la familia" que inició este domingo 26 de julio en todo el país.
Según Sotelo Aguilar, "hay que empezar a evangelizar de una manera más moderna; el mensaje es el mismo, lo que cambia es la forma en la que llega: es hablarle al hombre de hoy con los medios de hoy". En ese sentido, se ha creado ya el Centro Católico Multimedial y se buscará entrar en la red 2.0 para trabajar sobre todo con los jóvenes.
Durante la próxima asamblea general de la CEM, a celebrarse en noviembre de 2009, se presentará la iniciativa de crear la Comisión Episcopal de Pastoral de la Informática, adelantó el secretario ejecutivo de Pastoral de Comunicación de la Conferencia del Episcopado Mexicano, quien agregó que además de recurrir a redes como Twitter o Facebook, los obispos prevén tener una red propia.
Por lo que respecta a la campaña "Familia sé lo que eres", arrancó con cinco anuncios interactivos en los que se presentan diversas situaciones de conflicto familiar, que deben (y pueden) ser resueltas por los padres de familia.
Dichos promocionales se pueden consultar en: http://www.familia2009.riialmexico.org.mx y en www.cem.org.mx
Por Jaime Septién
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Jóvenes apóstoles: frutos del Congreso Juvenil Misionero en México
Chicos y chicas reflexionan sobre su vocación a la luz de Aparecida
TEPIC, lunes, 27 julio 2009 (ZENIT.org).- Alrededor de diez mil jóvenes participaron el décimo Congreso Nacional Juvenil Misionero (Conajum) de México, que se realizó del 23 al 26 de julio en la ciudad de Tepic.
Durante este evento, los jóvenes reflexionaron sobre su vocación misionera en campos concretos como la comunicación social, la pastoral, nueva evangelización, la madurez humana, la espiritualidad y la educación.
Provenían de diversas diócesis de México así como del sur de Estados Unidos y de algunos países latinoamericanos. Por medio de charlas, paneles y foros analizaron temas como la la formación, la familia, una cultura de la vida, la vocación, el fenómeno de la globalización, el cambio de época, los valores, la cristología, la eclesiología y el Espíritu Santo.
El evento comenzó con una marcha hacia de las instalaciones de la Feria de Nayarit, sede de este evento, a la Catedral principal de Tepic.
Con pancartas, banderas de las diferentes delegaciones, globos y cantos, los participantes del evento manifestaron su alegría por su encuentro con Cristo y por la experiencia de discipulado y misión, temas centrales en este congreso.
Cinco trailers, adaptados como carros alegóricos, decorados y con escenas que representaban los cinco continentes, abrían la marcha que durante una hora paralizó el tráfico de esta población mexicana.
La comitiva la encabezaban varios obispos, entre ellos monseñor Ricardo Watty, obispo de Tepic; monseñor Oscar Roberto Domínguez, de Tlapa; monseñor José Francisco González, auxiliar de Guadalajara y monseñor Alfonso Humberto Robles, Emérito de Tepic.
También estaban al frente de esta multitudinaria marcha cinco jóvenes cargando una cruz grande de madera y otros cuatro jóvenes cargando la imagen de la Virgen de Nuestra del Rosario de Talpa.
La marcha culminó con una fiesta al costado de la catedral en la que se presentaron bailes de la región que ofreció el Ballet Folklórico de Mezcaltitlán, música de banda, fuegos artificiales y momentos de alabanzas a Dios.
"Nuestra identidad católica, queridos jóvenes, es identidad misionera", dijo durante la homilía de la misa de apertura el arzobispo Christophe Pierre, nuncio apostólico del Papa en México.
"Sólo si se es misionero, se es católico, porque la Iglesia es, por naturaleza, misionera, y sus miembros, cada discípulo, es católico en la medida en que logre hacer que su corazón palpite con dimensión universal", aseguró el Nuncio.
Varios jóvenes dieron su testimonio en la página oficial del evento (http://conajumtepic.org). Entre ellos José Antonio Romero Leyva, de 20 años, proveniente de Puerto Vallarta, confiesa que al regresar a su casa espera que este congreso "me ayude a tomar las herramientas necesarias: la oración y la Palabra, para ser un buen misionero y seguidor de Cristo"
Misioneros alimentados por la Palabra
Según los testimonios de los participantes, en la escucha de la Palabra es en donde surge la vocación del Discípulo-Misionero. Una vocación que debe entenderse como "camino de confección permanente de nuestra propia vida, donde el misionero siempre está aprendiendo".
"Actualmente el mundo se encuentra cada vez mas deshumanizado"dice Mónica Cisneros, una de las participantes, proveniente de Querétaro.
"Parte de la formación que nos están compartiendo aquí nos va ayudar a implementar esa espiritualidad que hace falta en todos lados, desde la familia, hasta en la casa", aseguró la joven participante.
Jóvenes misioneros de los jóvenes
En la clausura, monseñor Ricardo Watty Urquidi, obispo de Tepic, explicó a los jóvenes que deben convertirse en los nuevos misioneros de Cristo, como pidieron los obispos en la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe celebrada en Aparecida (Brasil), en mayo de 2007.
"Necesitamos predicar, dejar de ser simples bautizados, desde Aparecida, los obispos decimos: hemos bautizado pero no evangelizado", afirmó en la homilía de la celebración eucarística de clausura.
"En Aparecida, los obispos reiteramos la opción por los jóvenes. Aun nos quedamos limitados por ustedes, ayúdennos a sus pastores a optar por los jóvenes como en Aparecida, para ayudarles a ustedes a ser discípulos de Jesús, para que lo escuchen y se enamoren".
"Jóvenes evangelizadores de los jóvenes, eso queremos los obispos", concluyó, afirmando que el espíritu que surgió de Aparecida debe convertirse en un nuevo Pentecostés.
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La Eucaristía, prioridad pastoral de los obispos de Asia
Asamblea Plenaria de la Federación de las Conferencias Episcopales de Asia
BANGKOK, lunes 27 de julio de 2009 (ZENIT.org).- La novena edición de la Asamblea Plenaria de la Federación de las Conferencias Episcopales Asiáticas (FABC) se celebrará en Manila (Filipinas) del 10 al 16 de agosto.
El tema que tratarán los obispos y delegados del continente asiático en la reunión que celebran cada cuatro años será "Vivir la Eucaristía en Asia".
Los obispos y los teólogos de los distintos países han elaborado ya un borrador del Instrumentum laboris.
Ese documento se utilizará como base para las sesiones de trabajo de la Asamblea, tras ser modificado en los próximos días.
El documento refleja las indicaciones expresadas por Benedicto XVI sobre la Eucaristía (en particular las que surgieron durante el Sínodo de los Obispos), y en las encíclicas de naturaleza social como la "Deus Caritas est" y "Caritas in veritate".
En Asia, la Eucaristía es vista como "una experiencia única del diálogo de Dios con nosotros y nuestra respuesta a Dios como un diálogo de vida y amor", según informa la web de la FABC.
El texto está dividido en varios capítulos titulados "Vivir en la comunidad", "Vivir en la fe", "Vivir en la esperanza", "Vivir en el amor"y "Vivir en la misión".
Esos capítulos reflejan los desafíos que la Iglesia en Asía enfrenta y el lugar central que la Eucaristía ocupa en la vida de la Iglesia.
La Asamblea constituye un momento importante de intercambio de experiencias, de confrontación y de programación para las Iglesias de Asia.
En las sesiones, se recogerán los aportes de las numerosas naciones y de las distintas zonas geográfico-culturales del continente asiático.
Los participantes también visitarán diversas parroquias de Manila en las que conocerán cómo viven la Eucaristía las comunidades del lugar.
La Asamblea ha estado precedida por seminarios preparatorios organizados por la FABC y por la preparación de textos de reflexión teológica y pastoral.
La Federación de las Conferencias Episcopales del Asia (FABC) es la asociación de las Conferencias Episcopales de Asia y fue instituida con aprobación de la Santa Sede.
Trabaja por la promoción de la solidaridad y de la corresponsabilidad entre sus miembros, por el bienestar y el crecimiento de la Iglesia en Asia y por el bien común de los pueblos asiáticos.
Informe Especial
Testigos de Jehová y rechazo de la sangre: el punto de vista bíblico
Por Vicente Jara Vera
MADRID, lunes, 27 julio 2009 (ZENIT.org).- Una mujer de 61 años, testigo de Jehová, falleció este sábado en Sevilla tras haber sufrido un accidente de tráfico, pues en un documento de voluntades anticipadas rechazaba recibir cualquier tipo de transfusión sanguínea debido a sus convecciones religiosas.
¿Se basa en la Biblia la prohibición de comer o tomar sangre, incluso por transfusión, o de cualquier otra forma? A esta cuestión responde en este análisis Vicente Jara Vera, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), director del programa "Conoce las sectas", emitido quincenalmente por Radio María en España.
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El problema
Son numerosas las noticias sobre negativas de miembros de la secta de los Testigos de Jehová para realizar transfusiones de sangre, y de complicaciones, a veces con fallecimiento del paciente, al no poder atenderles debidamente en un hospital ante una operación quirúrgica o un transplante de órgano, llegándose incluso a la fabricación de morcillas sin sangre para sus miembros ante la negativa -basada en algunos textos bíblicos que interpretan en este sentido- de poder tomar sangre. Recuento de no pocos de estos acontecimientos pueden seguirse en la documentación de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), especialmente en el boletín electrónicoInfo-RIES.
Un apunte sobre la secta de los Testigos de Jehová
Recordemos que los Testigos de Jehová no son cristianos. Son un secta, ya que se hacen pasar por lo que no son, por cristianos. Y no pueden ser una Iglesia cristiana porque no creen en el dogma de la Trinidad y en el de la divinidad de Jesús como hijo de Dios encarnado, al cual consideran como una criatura excelsa, primera en el plan de Dios, que para ellos es similar, lo identifican, al arcángel san Miguel.
Los Testigos de Jehová han cambiado varios pasajes de la Biblia para adaptarla a sus propias ideas, ideas que ningún estudioso de los textos bíblicos, creyente o no, podría encontrar en los textos originales. Por lo tanto, son un grupo con expresiones y formas religiosas, con parecidos con los cristianos, pero que intentan hacerse pasar por una Iglesia cristiana sin serlo. En definitiva, son una secta, que pretende tener más y más adeptos y más y más dinero de ellos, y así mayor influencia.
¿En qué basan los Testigos de Jehová su negativa a la toma de sangre?
Los textos que ellos manejan para negarse a la ingesta, toma, bebida o transfusión de sangre son los siguientes, principalmente del Antiguo Testamento, y uno del Nuevo Testamento -éste último lo veremos posteriormente en otro apartado; vayamos ahora a los textos del Antiguo Testamento:
Génesis 9, 3-6: "Todo moviente dotado de vida os servirá de alimento; os lo he dado todo lo mismo que la hierba verde. Sólo no habéis de comer la carne con su alma, [es decir], su sangre; pues, en verdad, yo pediré cuenta de vuestra sangre como de vuestras almas: de mano de cualquier animal las reclamaré; reclamaré asimismo el alma del hombre de la mano del hombre, de la mano de cada hermano suyo. Quien vertiere la sangre del hombre, por los hombres su sangre será vertida; pues a imagen de ´Elohim hizo ´El al hombre".
Levítico 3, 17: "Es un estatuto perpetuo para vuestras generaciones en todas vuestras residencias: grasa alguna ni sangre alguna habéis de comer."
Levítico 17, 10: "En cuanto a cualquier individuo de la casa de Israel o de los extranjeros residentes en medio de ellos, que comiere cualquier clase de sangre, volveré mi rostro contra esa persona que hubiere comido la sangre y le exterminaré de en medio de su pueblo".
Levítico 17, 13-14: "Cualquier hombre, así de los hijos de Israel como de los extranjeros que moran entre vosotros, que cazare pieza de pelo o pluma que es lícito comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra, porque el principio vital de toda carne es su sangre y he dicho a los hijos de Israel: ‘No comeréis la sangre de ninguna criatura, pues el espíritu vital de toda carne es su sangre; cualquiera de los que la comieren será exterminado'".
Deuteronomio 12, 23-25: "Sólo mantente firme en abstenerte de sangre, pues la sangre es la vida, y no has de comer la vida con la carne."
Todos ellos son claros y rotundos en su prohibición: no es lícito comer sangre animal porque es comer la vida. Analizaremos a continuación su sentido y los situaremos en su contexto, dejando para más adelante el texto del Nuevo Testamento que también esgrimen para apoyar sus ideas.
El significado de la sangre para los pueblos semíticos
En los pueblos semitas del Próximo y Medio Oriente se vio la sangre como el elemento donde residía la vida, el elemento vital y vitalizante de los seres vivos. Al matar un animal, o en la muerte de cualquier persona, o en un sacrificio, el vertido de sangre indicaba claramente que la vida se marchaba conforme salía aquélla. La pérdida de sangre era también síntoma de debilidad, de pérdida de vitalidad, de vida. La sangre para los antiguos brota del corazón, y la parada del latido indicaba la muerte de la persona. Recordemos además cómo la mitología de Mesopotamia cuenta que el dios Marduk (deidad babilónica), el principal de los dioses, se propuso crear a los hombres para que adoraran a las divinidades; para ello amasó arcilla con la sangre de un dios rebelde -posteriormente considerado un demonio- de nombre Kingu.
Con este transfondo mesopotámico queda claro que en los antiguos sacrificios animales del pueblo de Israel se ofrecía vida a Dios, y esto significaba derramar la sangre del animal sacrificado. La sangre era la vida, y ella era propiedad de Dios, de ahí que no se pudiera tomar lo que pertenecía a Dios. El pecado, la infracción, estaba por lo tanto en tomar por el hombre lo que no le correspondía, lo que es de Dios.
Esta visión de la sangre como vida es también la razón de que del más terrible de los demonios mesopotámicos, Lilitu o Labartu, que en el Poema de Gilgamesh se denomina como Lillake, se decía que mataba a los niños y bebía de ellos su sangre, es decir, su pecado era arrancarle la vida, propiedad de Dios, siendo por ello la primera figura vampírica de la historia conocida.
Y no olvidemos cómo "el Señor Jesús, la noche en que era entregado, cogió pan, rezó la acción de gracias, lo partió y dijo: ‘Esto es mi cuerpo, el entregado a favor vuestro; haced esto en memoria de mí'. De la misma manera también el vaso, después de cenar, diciendo: ‘Este vaso es la Nueva Alianza ratificada con mi sangre; haced esto, siempre que lo bebáis, en memoria de mí.'". (1 Cor 11,24b-25). Recordemos que en la Antigua Alianza el pan y el vino se ofrecían como sacrifico entre las primicias de la tierra en señal de ofrenda a Dios. También ofreció pan y vino el sacerdote Melquisedec (Gn 14, 18), figura de Cristo. Junto con ello, la salida de Israel de Egipto y el contexto del Éxodo dan al vino -en el que nos centramos- un carácter festivo al final del banquete judío y una dimensión escatológica de espera mesiánica. El vino es "verdadera bebida", y beberlo es "tener la vida, vida en Cristo, que es Dios, y permanencia en Él" ( Jn 6,53-56).
En la antropología semita el principio vital de la sangre se relaciona con el suspiro o la respiración, es el "ser viviente", la vida, y se designa como "nefesh". La nefesh aún permanece en la carne muerta, en el cadáver, de ahí que se pueda tomar esa vitalidad si se toma la sangre del animal o de la persona muerta. Cosa distinta ocurre con su espíritu, el "ruaj", que al morir el hombre va al más allá o "sheol". De ahí que en la antropología semítica exista tanta unidad entre la carne ("basar") y el principio vital o "nefesh", pero es la ausencia de la "ruaj" la que al no estar tras la muerte del ser humano la que lo hace no vivo. Por otro lado los animales no tienen "ruaj" sino "basar" y "nefesh". Apuntemos que los griegos tradujeron "nefesh" por "psykhé", y este término pasó al latín como "anima", que es nuestro castellano "alma", aunque es más acertado decir que el alma está en la "ruaj" (que se castellanizó como "espíritu"), y no en lo psíquico, en el "nefesh", que como decimos, aún permanece en el cadáver.
La sangre en sí misma
Aunque es un tejido muy conocido en su existencia, no ha sido hasta los siglos XIX y XX cuando se ha logrado entender su verdadero significado fisiológico, siendo el que más ha motivado la inventiva y el que mayor impacto ha tenido en el pensamiento popular, mítico y religioso durante todas las épocas y culturas a lo largo y ancho del mundo.
Como cualquier pueblo, el pueblo de Israel se desarrolló bajo una influencia y una cultura centradas en las civilizaciones del Próximo Oriente, lo que le llevó a asumir muchas ideas pre-científicas propias de su entorno. Las leyes sobre la sangre se enmarcan en una época determinada, una cultura, una mentalidad; y así ocurrió con los demás pueblos y civilizaciones. Plinio el Viejo contaba que en torno al año 100 de nuestra era en el circo la gente se lanzaba a la arena para beber la sangre de los gladiadores aún moribundos y así poder adquirir su fuerza y valentía. Otros grupos étnicos de Asia y de Centroamérica, o del Canadá, tenían por costumbre hace dos milenios el tomar la sangre de sus enemigos y de animales para fortalecerse y adquirir las propiedades de los animales.
Investigadores y científicos en el siglo XVII que empezaban a realizar las primeras transfusiones sanguíneas a veces daban sangre animal a personas con el fin de variar el carácter del receptor, habiendo incluso historias de alguna mujer que habiendo recibido sangre de gato maullaba por las noches sobre el tejado de su casa.
Quitando lo insostenible de alguna de estas historias, sí hemos de decir que hasta hace muy poco se ha considerado por la ciencia, en su desconocimiento de la sangre, su función, utilidad y variedad en tipos, que verdaderamente de alguna forma poseía en sí misma la propiedad de aquel de quien provenía, lo que se confirma en los dos casos recién comentamos, muy cercanos en el tiempo a nuestra actualidad, lo que nos debe de llevar a no caer en la rápida crítica histórica, anacrónica e injusta por lo tanto, de las leyes del Antiguo Testamento referentes a la toma de sangre animal, por considerarse como sede de la vida, de lo vital, el alma del animal. Creer que en la sangre residía la vida, la "psykhé", de su propietario ha sido algo supuesto hasta hace 300 años por hombres de ciencia en Europa.
La Biblia no es un libro científico, ni de medicina,
ni de astronomía, ni de matemáticas ni de biología
Como dijo el Concilio Vaticano II en su Constitución Dogmática "Dei Verbum", en sus números 11 y 12, "los Libros Sagrados [la Biblia] enseñan firmemente, fielmente y sin error la verdad que Dios hizo consignar en dichos libros para salvación nuestra. [...] El intérprete indagará con atención qué pretendieron expresar realmente los hagiógrafos y plugo a Dios manifestar por sus palabras, para comprender lo que Él quiso comunicarnos. Para descubrir la intención de los hagiógrafos, entre otras cosas, hay que atender a los "géneros literarios", porque la verdad se propone y se expresa de una manera o de otra en los textos de diverso modo históricos, proféticos, poéticos o en otras formas de hablar. Conviene, además, que el intérprete investigue el sentido que intentó expresar y expresó el hagiógrafo en cada circunstancia, según la condición de su tiempo y de su cultura, por medio de los géneros literarios usados en su época."
La Biblia no se ha de leer como un libro de ciencia ni sacarlo del contexto cultural de su época. Como dijo S. Agustín en el siglo V, "la Biblia no enseña cómo va el cielo, sino cómo se va al cielo".
El Antiguo Testamento a la luz del Nuevo Testamento
Leer el Antiguo Testamento ha de llevar a leer el Nuevo. La Biblia (Antiguo Testamento y Nuevo Testamento) es el libro del Pueblo de Dios, el medio por el que Dios ha ido educando y sigue educando a sus hijos. La salvación se desarrolla en el tiempo y se ha ido revelando en la historia. Como dice la carta a la Hebreos en su inicio, "Dios, que en los tiempos pasados muy fragmentaria y variadamente había hablado a los padres por medio de los profetas, al fin de estos días nos habló a nosotros en la persona del Hijo, [...]" (Hb 1,1-2).
El Concilio Vaticano II en la "Dei Verbum" dirá que "Dios, pues, inspirador y autor de ambos Testamentos, dispuso las cosas tan sabiamente que el Nuevo Testamento está latente en el Antiguo y el Antiguo está patente en el Nuevo. Porque, aunque Cristo fundó el Nuevo Testamento en su sangre, no obstante los libros del Antiguo Testamento recibidos íntegramente en la proclamación evangélica, adquieren y manifiestan su plena significación en el Nuevo Testamento, ilustrándolo y explicándolo al mismo tiempo." (DV cap. 4. 16) Además, justo antes apuntó que "La economía del Antiguo Testamento estaba ordenada, sobre todo, para preparar, anunciar proféticamente y significar con diversas figuras la venida de Cristo redentor universal y la del Reino Mesiánico. Además los libros del Antiguo Testamento manifiestan a todos el conocimiento de Dios y del hombre, y las formas de obrar de Dios justo y misericordioso con los hombres, según la condición del género humano en los tiempos que precedieron a la salvación establecida por Cristo. Estos libros, aunque contengan también algunas cosas imperfectas y adaptadas a sus tiempos, demuestran, sin embargo, la verdadera pedagogía divina." (DV cap. 4. 15)
La lectura, por lo tanto, de los pasajes del Antiguo Testamento ha de hacerse siempre, especialmente en los pasajes que revisten un punto de vista dogmático o moral, bajo la luz del Nuevo Testamento, ya que la perfección ha llegado con Cristo. Queda claro que la lectura de la Biblia ha de hacerse desde la totalidad de ella.
Algunos pasajes pertinentes del Nuevo Testamento
Ya el apóstol san Pablo dejó claro en la Carta a los Gálatas que "antes de llegar la fe estábamos custodiados bajo la vigilancia de la fe, encerrado con vistas a la fe que iba a revelarse. De manera que la ley fue nuestro pedagogo para ir a Cristo, a fin de quedar justificados por la fe; pero una vez que llegó la fe, ya no estamos bajo el dominio del pedagogo." (Gal 3, 23-25).
Un texto similar de la Carta a los Hebreos recuerda la inutilidad de los sacrificios animales ante el único y solamente válido sacrificio de Cristo en la Cruz: "Pues conteniendo la ley una sombra de los bienes que habían de venir, no la expresión real de las cosas, no puede jamás, con los mismos sacrificios que sin cesar ofrece año tras año, dar cumplida perfección a los que se llegan; al contrario, con ellos se renueva el recuerdo de los pecados año tras año. Porque es imposible que la sangre de toros y machos cabríos quite los pecados." (Hb 10, 1.3).
Jesús da perfecto cumplimiento a las leyes de Moisés, a la Ley en su conjunto, la Torah, porque como nos recuerda el evangelista Mateo, "yo os digo que aquí hay algo más grande que el Templo. [...] pues el Hijo del Hombre es dueño del sábado." (Mt 12, 6.8).
El texto del Nuevo Testamento que citan a su favor los Testigos de Jehová
Anteriormente dejamos para más adelante un pasaje del Nuevo Testamento que avalaba la teoría de los Testigos de Jehová. Ahora es el momento de considerarlo, en vistas a lo comentado en las secciones anteriores.
Sólo existe un pasaje donde expresamente se hace mención a la toma de sangre dentro del Nuevo Testamento, y es en el relato del Concilio de Jerusalén, donde tras discutirse los distintos puntos de vista entre las facciones o comunidades cristianas de Pedro, Pablo y Santiago en referencia al comportamiento impuesto a los gentiles y a los cristianos provenientes del judaísmo -es la apertura de la evangelización más allá de los límites judíos y el reconocer qué prácticas del judaísmo podían permanecer y cuales mantenerse ante la irrupción que el mensaje y la persona de Jesucristo ha supuesto- se llega a la conclusión siguiente tras hablar el representante de las comunidades más cercanas al judaísmo, Santiago: "Pues hemos decido el Espíritu Santo y nosotros no imponeros ninguna carga más, fuera de éstas necesarias: abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de la sangre, de carne de animales estrangulados y de la fornicación; [...]" (Hch 15, 28-29)
Para comprender este texto analicemos alguno más que dará luz a lo que ha ocurrido aquí:
Posteriormente Pedro y Pablo se encuentran en Antioquía, y Pedro, que seguía normas de comida de gentiles, al llegar miembros de las comunidades cristianas de Santiago, dejará de comer con ellos y se sentará a la mesa de los cristianos provenientes del judaísmo. Ante ello Pablo echará en cara a Pedro su comportamiento y le dirá que la justificación es por la fe y no por las obras de la ley (de Moisés) (Gal 2,11-21). Ciertamente no se hace aquí mención de la sangre ni de qué preceptos alimenticios se estaban considerando, aunque es de suponer que algunos miembros volvían a comportarse como antes, sin tener en cuenta lo dicho en el Concilio de Jerusalén.
En la Carta a los Romanos (Rom 14,1-23) Pablo ofrece una solución conciliadora para que las costumbres alimenticias de los gentiles no "entristezcan" (Rom 14,15) a los cristianos venidos del judaísmo, pidiéndoles que no escandalicen a los "débiles en la fe" (Rom 14,1): "Acoged al que es débil en la fe, no para discutir opiniones. Mientras uno cree poder comer de todo, el débil come hortalizas. [...] Pues si por una comida se entristece tu hermano, ya no caminas conforme a la caridad. [...] pues el Reino de Dios no consiste en comida ni en bebida, sino en justicia, paz, y alegría en el Espíritu Santo".
Y ya en una carta pastoral como la de Timoteo, aunque en un contexto contra las ideas de los gnósticos, podemos leer que "porque toda criatura de Dios es buena y no hay que rechazar [manjares que Dios creó] nada que se tome con acción de gracias, pues se santifica por la palabra de Dios y la plegaria" (1 Tim 4, 3-5).
Las transfusiones sanguíneas
Acerca de las transfusiones sanguíneas, que no existían en la época de Antiguo Testamento y del Nuevo, no se dice nada en la Biblia. Sin embargo, en tanto que la negación de la toma de sangre por considerarse como sede de la vida y algo ligado a la propia persona en su cultura semítica, podemos pensar que la transfusión de sangre debería negarse por igual principio: No debe ponerse sangre de una persona en otra, no debe ponerse el "nefesh", la "psykhé" de una persona en otra; es algo obvio.
Personalmente no estoy de acuerdo en considerar que como la Biblia no habla de transfusiones, las transfusiones se permiten por ella. Es más, acabamos de decir, que si hubieran existido transfusiones en aquella época, también habrían sido negadas. Pero no es éste el criterio de lectura e interpretación bíblica, sino la búsqueda del sentido de la prohibición mosaica, el cual reside como hemos venido diciendo en la creencia científica errónea -hoy la sabemos- de la residencia de lo vital del ser humano, o del animal, en la sangre. Por lo tanto, esta ley moral y alimenticia está basada en una concepción científica errónea, que incluso en el siglo XVII hemos visto con algún ejemplo, era considerada por la misma ciencia médica hematológica.
La lectura correcta la Biblia ante las transfusiones es que es una práctica puramente médica ante la que la Biblia y la Iglesia no tienen nada que decir al no ir en contra de la moral natural ni la Ley positiva de Dios, siendo en todo caso una práctica adecuada y necesaria ante la que la Iglesia se pronunció favorablemente una vez que científicamente se estableció en el siglo XX cuáles eran sus clases, con el descubrimiento de los tipos A, B, O y AB y se empezó a comprender la ciencia de las transfusiones.
Conclusión
La toma de sangre (bebida o de cualquier otra forma) está ligada absolutamente a la alimentación y manducación de las partes animales, criaturas de Dios y bendecidas por Dios en todas sus partes, y no a la toma de la vitalidad o el alma (animal), o la supuesta adquisición de propiedades animales. Cualquier creencia en sentido contrario se basa en un conocimiento científico inadecuado del tejido sanguíneo que hoy en día no podemos mantener. Hemos de entender que algunos preceptos de la antigüedad tienen su sentido sólo el contexto de su época y se basan sólo en concepciones pre-científicas. Si es este el caso, como hemos mostrado, no podemos mantener su extensión a la actualidad como formando parte de la ley divina. Han sido leyes que han tenido su vigencia en ciertos momentos para el pueblo de Israel pero que hoy no lo tienen por tener un conocimiento mayor de la realidad creada.
Por otro lado, la transfusión sanguínea es un método de la ciencia de extraordinaria ayuda para la vida del receptor en multitud de situaciones médicas orientadas siempre a la vida y nunca en contra del donante. Es por ello por lo que en este punto hemos de citar las palabras de Cristo en referencia al valor de la vida frente a cualquier prescripción de la Ley:
"Y marchándose de allí fue a la sinagoga de ellos. Y estaba allí uno que tenía seca la mano. Le preguntaron, con intención de acusarlo: ‘¿Se puede curar en sábado?' Pero él les dijo: ‘¿Quién habrá de vosotros que tenga una oveja, y si ésta cae en una zanja en sábado no la recoja y la levante? Pues ¡cuánto va de un hombre a una oveja! De manera que se puede hacer bien en sábado.'" (Mt 12, 9-12).
Es por todo ello por lo que la negativa de la secta de los Testigos de Jehová de tomar sangre, ya bebida, comida, o de cualquier otra forma, o negarse a recibir transfusiones de sangre por ser un mandado divino en tanto que en la sangre reside la vitalidad, la parte anímica del ser vivo, es un error.
Documentación
Homilía de Benedicto XVI en Aosta: Dios nunca nos abandona
"No es un ojo malo que nos vigila, sino la presencia de un amor"
AOSTA, lunes, 27 julio 2009 (ZENIT.org).- Publicamos la homilía que pronunció Benedicto XVI este viernes en la catedral de Aosta al presidir las vísperas junto a unos cuatrocientos sacerdotes, religiosos y religiosas, y representantes laicos las parroquias de esa diócesis.
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Excelencia,
queridos hermanos y hermanas:
Ante todo quisiera decirle "gracias" a usted, excelencia, por sus atentas palabras, con las que me ha introducido en la gran historia de esta iglesia catedral y, de este modo, me ha hecho experimentar que aquí no sólo rezamos en este momento sino que podemos rezar con los siglos en esta hermosa iglesia.
Y gracias a todos vosotros que habéis venido para rezar conmigo y para hacer visible de este modo esta red de oración que nos une a todos, siempre.
En esta breve homilía, quisiera decir unas palabras sobre la oración, con la que se concluyen estas vísperas, pues me parece que en esta oración, el pasaje de la Carta a los Romanos que se acaba de leer, se interpreta y transforma en oración.
La oración se compone de dos partes: a quien está dirigida, por así decir, y después dos peticiones.
Comencemos viendo a quién está dirigida. Esta parte se divide en dos apartados: hay que concretar el "tú" al que nos dirigimos para poder tocar con mayor fuerza al corazón de Dios.
En el texto italiano leemos simplemente: "Padre misericordioso". El texto original latino es algo más amplio; dice "Dios omnipotente, misericordioso". En mi encíclica reciente, he tratado de mostrar la prioridad de Dios en la vida personal, ya sea en la vida de la historia, de la sociedad, del mundo.
Ciertamente la relación con Dios es algo profundamente personal y la persona es un ser en relación, y si la relación fundamental --la relación con Dios-- no es viva, no es vivida, las demás relaciones no pueden encontrar su forma adecuada. Pero esto es válido también para la sociedad para la humanidad como tal. También aquí, si no se tiene en cuenta a Dios, si se prescinde de Dios, si Dios está ausente, entonces falta la brújula para mostrar el conjunto de todas las relaciones para encontrar el camino, la orientación hacia la que se debe ir.
¡Dios! Tenemos que llevar de nuevo a nuestro mundo la realidad de Dios, darle a conocer y hacerle presente. Pero, ¿cómo conocer a Dios? En las visitas "ad limina" hablo siempre con los obispos, sobre todo con africanos, pero también con los de Asia, de América Latina, donde todavía están presentes las religiones tradicionales, precisamente de estas religiones. Hay muchos detalles, naturalmente bastante diversos, pero hay también elementos comunes. Todos saben que Dios existe, un solo Dios, que Dios es una palabra en singular, que los dioses no son Dios, que hay un Dios, el Dios. Pero, al mismo tiempo, este Dios parece ausente, muy alejado, no parece entrar en nuestra vida cotidiana, se esconde, no conocemos su rostro. De este modo, la religión en gran parte se ocupa de las cosas, de los poderes más cercanos, de los espíritus, los antepasados, etc., dado que Dios mismo está demasiado lejos y de este modo tiene que vérselas con estos poderes cercanos. La evangelización consiste precisamente en el hecho de que el Dios lejano se acerca, que Dios ya no está lejos, sino que está cerca, que este "conocido-desconocido" ahora se da a conocer realmente, muestra su rostro, se revela: el velo de su rostro desaparece y muestra realmente su rostro. Y por ello, dado que el mismo Dios ahora es cercano, le conocemos, nos muestra su rostro, entra en nuestro mundo. Ya no es necesario vérselas con estos otros poderes, pues Él es el poder verdadero, es el Omnipotente.
No sé por qué han omitido en el texto italiano la palabra "omnipotente", pero es verdad que nos sentimos casi como amenazados por la omnipotencia: parece que limita nuestra libertad, parece un peso demasiado pesado. Pero tenemos que aprender que la omnipotencia de Dios no es un poder arbitrario, pues Dios es el Bien, es la Verdad, y por este motivo Dios lo puede todo, pero no puede actuar contra el bien, no puede actuar contra la verdad, no puede actuar contra el amor y contra la libertad, porque Él mismo es el bien, es el amor, y la verdadera libertad. Por eso, todo lo que hace no puede estar nunca en contraposición con la verdad, con el amor y la libertad. La verdad es lo contrario. Dios es el custodio de nuestra libertad, del amor, de la verdad. Este ojo que nos ve no es un ojo malo que nos vigila, sino que es la presencia de un amor que no nos abandona nunca y nos da la certeza de que el bien es ser, el bien es vivir: es el ojo del amor que nos da el aire para vivir.
Dios omnipotente y misericordioso. Una oración romana, ligada al resto del Libro de la Sabiduría, dice: "Dios, muestra tu omnipotencia en el perdón y en la misericordia". La cumbre de la potencia de Dios es la misericordia, es el perdón. En nuestro actual concepto mundial de poder, pensamos en uno que tiene grandes propiedades, que en economía tiene algo que decir, dispone de capitales para influir en el mundo del mercado. Pensamos en uno que tiene el poder militar, que puede amenazar. La pregunta de Stalin: "¿Cuántos ejércitos tiene el Papa?" sigue caracterizando la idea común del poder. Tiene el poder quien puede ser peligroso, quien puede amenazar, quien puede destruir, quien tiene en su mano tantos instrumentos del mundo. Pero la Revelación nos dice: "No es así"; el verdadero poder es el poder de gracia, y de misericordia. En la misericordia, Dios demuestra el verdadero poder.
Y de este modo la segunda parte de la imploración dice: "Has redimido al mundo, con la pasión, con el sufrir de tu Hijo". Dios ha sufrido y en el Hijo sufre con nosotros. Y ésta es la cumbre más alta de su poder, que es capaz de sufrir con nosotros. De este modo, demuestra el verdadero poder divino: quería sufrir con nosotros, y por nosotros. En nuestros sufrimientos nunca quedamos solos. Dios, en su Hijo, antes ha sufrido y está cerca de nosotros en nuestros sufrimientos.
Sin embargo, queda en pie la cuestión difícil que ahora no puedo responder ampliamente: ¿por qué era necesario sufrir para salvar al mundo? Era necesario, pues en el mundo existe un océano de mal, de injusticia, de odio, de violencia, y todas las víctimas del odio y de la injusticia tienen el derecho a que se haga justicia. Dios no puede ignorar este grito de los que sufren, de los que son oprimidos por la injusticia. Perdonar no es ignorar, sino transformar, es decir, Dios tiene que entrar en este mundo y oponer al océano de la injusticia un océano más grande del bien y del amor. Y éste es el acontecimiento de la Cruz: desde ese momento, contra el océano del mal, existe un río infinito y por tanto siempre más grande que todas las injusticias del mundo, un río de bondad, de verdad y de amor. De este modo, Dios perdona transformando el mundo y entrando en nuestro mundo para que se dé realmente una fuerza, un río de bien más grande que todo el mal que puede existir.
De este modo, el hecho de dirigirse a Dios se convierte en un llamamiento a nosotros: es decir, Dios nos invita a ponernos de su parte, a salir del océano del mal, del odio, de la violencia, del egoísmo, y a identificarnos, entrar en el río de su amor.
Precisamente éste es el contenido de la primera parte de la oración que sigue: "Haz que tu Iglesia se ofrezca a ti como sacrificio vivo y santo". Esta pregunta, dirigida a Dios, se dirige también a nosotros mismos. Constituye una referencia a dos textos de la Carta a los Romanos: en el primero, san Pablo dice que tenemos que convertirnos en un sacrificio vivo (Cf.12, 16). Nosotros mismos, con todo nuestro ser, tenemos que ser adoración, sacrificio, restituir nuestro mundo a Dios y transformar así el mundo. En el segundo, donde Pablo describe el apostolado como sacerdocio (Cf. 15, 16), la función del sacerdocio consiste en consagrar al mundo para que se convierta en hostia viva, para que el mundo se convierta en liturgia: que la liturgia no se algo al margen de la realidad del mundo, sino que el mundo mismo se convierta en hostia viva, se convierta en liturgia. Es la gran visión que después tuvo también Teilhard de Chardin: al final, tendremos una verdadera liturgia cósmica, en la que el cosmos se convierta en hostia viva. Y pedimos al Señor que nos ayude a ser sacerdotes en este sentido para ayudar en la transformación del mundo, en adoración de Dios, comenzando por nosotros mismos. Que nuestra vida hable de Dios, que nuestra vida sea realmente liturgia, anuncio de Dios, puerta en la que el Dios alejado se convierta en Dios cercano, y realmente don de nosotros mismos a Dios.
Después viene la segunda petición. Pedimos: "Haz que tu pueblo experimente siempre la plenitud de tu amor". En el texto latino se dice: "Sácianos con tu amor". De este modo el texto hace referencia al salmo que hemos cantado, donde se dice: "Abre tu mano y sacia el hambre de todo viviente". Cuánta hambre hay en la tierra, hambre de pan en tantas partes del mundo. Su excelencia ha hablado también los sufrimientos de las familias aquí: hambre de justicia, de amor. Y con esta oración rezamos a Dios: "Abre tu mano y sacia realmente el hambre de todo viviente. Sacia nuestra hambre de verdad, de tu amor.
Así sea. Amén.
[Traducción del original italiano realizada por Jesús Colina
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