ZENIT
El mundo visto desde Roma
Servicio diario - 28 de junio de 2009
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SANTA SEDE
El Papa propone a San Pablo como modelo de sacerdote
La funcin del Papa, crucial para las relaciones entre Oriente y Occidente
El Santo Padre pide oraciones por los cristianos en Oriente Medio
El viaje de Benedicto XVI a la tumba del padre Po muestra el sentido del dolor
AO DE SAN PABLO
El Papa clausura el Ao Paulino en San Pablo Extramuros
MUNDO
El Congreso Peruano distingue a un obispo por su labor apostlica y caritativa
ANLISIS
Un estudio detalla el alto coste econmico del divorcio
ENTREVISTAS
Un ao que muestra la profundidad del sacerdocio
La Congregacin para los Santos cumple 40 aos (II)
ANGELUS
Benedicto XVI: Presbteros dedicados a la Iglesia como esposos fieles
MENSAJE A NUESTROS LECTORES
Da del Papa
DOCUMENTACIN
Benedicto XVI: pleno apoyo al dilogo actual entre catlicos y ortodoxos
El Papa propone a San Pablo como modelo de sacerdote
Por su amor a Cristo, su anuncio del Evangelio y su dedicacin a la comunidadCIUDAD DEL VATICANO, domingo 28 de junio de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI propuso a San Pablo como modelo a imitar por los sacerdotes, este domingo en la plaza de San Pedro del Vaticano, antes del rezo del Ángelus.
Para el Papa, el modelo del apóstol Pablo no se encuentra tanto en las circunstancias de su extraordinaria vida, sino “en el amor por Cristo, en el celo por el anuncio del Evangelio, en la dedicación a la comunidad y en la elaboración de eficaces síntesis de teología pastoral”.
“San Pablo es un ejemplo de sacerdote totalmente identificado con su ministerio –como lo será también el Santo Cura de Ars-, consciente de llevar un inestimable tesoro, que es el mensaje de la salvación, pero de llevarlo en un “recipiente de barro”, señaló.
De esta manera, prosiguió, “él es fuerte y humilde al mismo tiempo y está íntimamente convencido de que todo es mérito de Dios, todo es gracia suya”.
El pontífice afirmó que las palabras del apóstol de los gentiles “El amor de Cristo nos posee” “bien pueden ser el lema de cada sacerdote”.
En este sentido, destacó que el Espíritu que cautiva de esta manera al sacerdote hace de él “un fiel administrador de los misterios de Dios”.
“El presbítero debe ser todo de Cristo y todo de la Iglesia, a la que está llamado a dedicarse con amor indiviso, como un esposo fiel a su esposa”, dijo.
Antes de rezar la oración del Ángelus, el Santo Padre invitó a agradecer a Dios “por el Año Paulino y por todos los dones espirituales que nos ha traído”.
“Ha sido un verdadero tiempo de gracia en el que, mediante las peregrinaciones, las catequesis, numerosas publicaciones y diversas iniciativas, la figura de San Pablo ha sido propuesta de nuevo en toda la Iglesia”, consideró.
“Su vibrante mensaje ha reavivado en todas partes, en las comunidades cristianas, la pasión por Cristo y por el Evangelio”, destacó.
También se refirió al Año Sacerdotal inaugurado el pasado 19 de junio y mostró su seguridad en que este tiempo supondrá “un mayor impulso espiritual y pastoral que traerá muchos beneficios al pueblo cristiano y especialmente al clero”.
Benedicto XVI reiteró que el Año Sacerdotal “busca contribuir a promover el esfuerzo de renovación interior de todos los sacerdotes para que su testimonio evangélico en el mundo de hoy sea más fuerte y eficaz”.
Finalmente, pidió que “la Virgen, a quien San Juan María Vianney tanto amó e hizo amar a sus feligreses, ayude a cada sacerdote a reavivar el don de Dios que está en él en virtud de las Sagradas Órdenes”.
Y ello –concluyó- “para que crezca en la santidad y esté dispuesto a dar testimonio, si es necesario hasta el martirio, de la belleza de su total y definitiva consagración a Cristo y a la Iglesia”.
La funcin del Papa, crucial para las relaciones entre Oriente y Occidente
Indica Benedicto XVI al recibir a una delegacin del patriarcado de ConstantinoplaCIUDAD DEL VATICANO, domingo 28 de junio de 2009 (ZENIT.org).- La función del obispo de Roma en la comunión de la Iglesia durante el primer milenio es un “tema crucial para las relaciones entre Oriente y Occidente”.
Lo indicó Benedicto XVI este sábado al recibir en audiencia en el Palacio Apostólico a una delegación del patriarcado ecuménico de Constantinopla que se encuentra en Roma con ocasión de la festividad de los santos Pedro y Pablo y la conclusión del Año Paulino.
“El estudio de este aspecto es indispensable para poder profundizar globalmente en esta cuestión en el marco actual de la búsqueda de la plena comunión”, les dijo, en su discu rso, publicado el sábado por la Oficina de Información de la Santa Sede.
La función del obispo de Roma durante el primer milenio será abordada por la Comisión mixta internacional para el diálogo teológico entre los ortodoxos y los católicos, en su próxima reunión del próximo mes de octubre.
Así lo explicó el Papa, que aseguró que esta comisión “ya ha realizado un importante trabajo”.
“Deseo que los participantes en el diálogo católico-ortodoxo sepan que mis oraciones les acompañan y que este diálogo tiene el pleno apoyo de la Iglesia católica”, destacó.
“De todo corazón, espero que los malentendidos y las tensiones producidas entre los delegados ortodoxos en las últimas sesiones plenarias de esta comisión sean superados en el amor fraterno de manera que este diálogo sea más ampliamente representativo de la ortodoxia”, añadió.
Benedicto XVI agradeció a la delegación del patriarcado de Constantinopla su viaje a Roma para celebrar la fiesta de los santos Pedro y Pablo, que ya empieza a ser tradicional.
“Por vuestra presencia, que es signo de fraternidad eclesial, nos recordáis nuestro compromiso común en la búsqueda de la plena comunión”, les dijo.
El Papa recordó la presencia del Patriarca Bartolomé en la apertura del Año Paulino, así como la de una delegación pontificia en las celebraciones organizadas por el patriarcado ecuménico.
El Santo Padre pide oraciones por los cristianos en Oriente Medio
Intencin del Apostolado de la Oracin para julioCIUDAD DEL VATICANO, domingo, 28 junio 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha pedido las oraciones de los católicos del mundo por la libertad religiosa de los cristianos de Oriente Medio.
Así lo expone en las intenciones del Apostolado de la Oración, iniciativa que siguen unos 50 millones de personas de los cinco continentes, para el mes de julio.
El Papa presenta dos intenciones de oración, una general y otra misionera. La primera dice así: "Para que los cristianos de Oriente Medio puedan vivir su fe con plena libertad y ser instrumento de reconciliación y de paz".
La intención misionera del Apostolado de la Oración del Papa para el mes de julio es: "Para que la Ig lesia sea germen y núcleo de una humanidad reconciliada y reunida en la única familia de Dios, mediante el testimonio de todos los fieles en las diversas naciones del mundo".
El viaje de Benedicto XVI a la tumba del padre Po muestra el sentido del dolor
No slo gracias a las enseanzas del Papa, sino tambin de peregrinosCIUDAD DEL VATICANO, domingo, 28 junio 2009 (ZENIT.org).- La visita que realizó Benedicto XVI a San Giovanni Rotondo, donde vivió y murió san Pío de Pietrelcina, ha servido para mostrar el sentido del dolor, no sólo por las palabras que dijo el Papa sino también por los testimonios de los enfermos, reconoce el portavoz vaticano.
Con el título "Reservas de amor", el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, ha presentado un editorial en el último número de "Octava Dies", semanario del Centro Televisivo Vaticano, en el que muestra lo que sucedió en la Casa Alivio del Sufrimiento, el hospital fundado por el capuchino de los estigmas en San Giovanni Rotondo.
"Los viajes del Papa no son importantes sólo por lo que dice y hace el Papa, sino también por los sentimientos y las palabras que suscitan. El testimonio de Anna, enferma de cáncer, ante el Papa, en el atrio de la Casa Alivio del Sufrimiento es un momento que no se puede olvidar", comienza diciendo.
La enferma dijo: "No me pregunté ¿por qué a mí? Sino, más bien, me dije a mí misma: 'y ¿por qué no a mí? Dios, ¿qué proyecto tienes para mí? Y, entonces -como la Virgen y tantos otros hombres dignos y santos- no quise rebelarme. Sino que quise decir: 'Aquí estoy'. ¿Cómo vivir en espera de la muerte y viviendo la cotidianidad que queda, de forma que se pueda ofrecer algo bueno al Señor?".
Según el padre Lombardi, &quo t;Nunca es demasiado tarde para entrar a trabajar en su viña, dedicar la propia vida al bien, aun sólo con la benevolencia de las palabras y de las pequeñas acciones".
Y el portavoz vaticano sigue recordando estas palabras de Anna en nombre de los enfermos: "No nos dejéis solos con nuestros pensamientos y nuestros miedos. Y, cuando no tengáis nada que decir, no os preocupéis. Basta que nos toméis de la mano y nosotros percibiremos vuestra cercanía'. Y concluye: ‘Es verdad, un diagnóstico de cáncer es terrible, da miedo. Pero más terrible es no ser amigo de Dios, alejarse de su amor".
"Entonces comprendemos que el sufrimiento puede llegar a ser un gran tesoro --dice el padre Lombardi--. Comprendemos que nos interpela a todos y comprendemos qué es lo que quería decir Padre Pío cuando - como recordó el Papa - decía que &lsqu o;los hospitalizados, los médicos y los sacerdotes tenían que volverse ‘reservas de amor', que cuanto más sea abundante en uno, más se comunicará a los demás'".
"No sólo en San Giovanni Rotondo, sino en todo el mundo, cada sufrimiento, ante el rostro que sufre de Cristo, debería poder convertirse en amor".
El Papa clausura el Ao Paulino en San Pablo Extramuros
En las Vsperas de la solemnidad de San Pedro y San PabloROMA, domingo 28 de junio de 2009 (ZENIT.org).- Aunque el Año Paulino se concluye, hay cosas que siempre formarán parte de la vida cristiana como “estar en camino junto con Pablo, con él y gracias a él conocer a Jesús, y como él ser iluminados y transformados por el Evangelio”.
Así lo señaló el Papa Benedicto XVI en su homilía durante las vísperas solemnes que presidió este domingo en la basílica de San Pablo Extramuros con motivo de la clausura del Año Paulino.
Orar ante los restos de San Pablo
A las seis de la tarde, el Pontífice entró en la basílica, donde fue recibido en prime r lugar por su arcipreste, el cardenal Andrea Cordero Lanza, así como por el vicario de la diócesis de Roma, el cardenal Agostino Vallini.
Todos los cardenales y obispos de la Curia Romana, así como una delegación del patriarcado ecuménico de Constantinopla, participaron también en la ceremonia.
Cientos de peregrinos que no lograron entrar a la basílica clamaban desde el exterior con consignas como “Benedetto” y “Viva el Papa”.
Antes de iniciar las Vísperas, el Santo Padre descendió para orar unos minutos ante el sarcófago donde, según la tradición, yacen los restos del Apóstol de las Gentes.
La tumba de San Pablo estuvo cerrada al público durante varios siglos.
Con motivo de la celebración del Año Paulino, los restos fueron sometidos a un riguroso análisis de Carbono 14 que concluye que existe una alta probabilidad de que efectivamente los restos pertenezcan al apóstol.
“Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente” (Rm 12, 1 –2) fue la lectura que los fieles pudieron meditar durante estas Vísperas.
“¿Qué nos dice San Pablo en este pasaje?”, preguntó el Papa, y prosiguió: “En primer lugar, afirma, como algo fundamental, que con Cristo se ha iniciado un nuevo modo de venerar a Dios, un nuevo culto”.
“Consiste en que el hombre viviente se convierte en adoración, “sacrificio” del propio cuerpo”, afirmó.
“Ya no existen las cosas ofrecidas a Dios ; es nuestra existencia la que debe convertirse en una alabanza a Dios”, añadió.
Peregrinos agradecidos con San Pablo
Desde tempranas horas de la tarde, cientos de personas rodeaban la basílica de San Pablo Extramuros.
Algunos movían sus abanicos para darse un poco de aire ante los calores típicos del verano romano, otros llevaban cámaras de fotos, y muchos, la invitación en la mano para entrar a la basílica.
Uno de los peregrinos era el Padre Luca, que había viajado a Roma con una peregrinación de jóvenes de la diócesis de Bologna.
“Para mí como sacerdote ha sido un año muy importante; San Pablo es un modelo de hombre dedicado totalmente al Evangelio hasta los confines de la tierra; su mayor riqueza fue la de haber encontrado en Cristo la belleza de ser salvado del pecado”, comentó el sacerdote.
“Hemos podido profundizar, leer junto con los fieles –añadió-. La clave de su pensamiento es el encuentro con Jesús que nos libera del pecado&rdq uo;.
Por su parte, la hermana Silvia, perteneciente a la comunidad de las hermanas salesianas, de la Madre del Cenáculo, aseguró que este año “lo sentimos como un proyecto de renovación espiritual y misionero”.
“San Pablo es importante para nuestro carisma salesiano, que es la emergencia educativa y el sistema preventivo”, dijo.
También aseguró que, durante este año, su comunidad ha logrado profundizar en sus Cartas, especialmente las cartas a los corintios y a los romanos.
“Hemos buscado poner en práctica la Palabra de Dios como comunidad y no sólo como personas individuales”, explicó.
ZENIT habló también con la voluntaria de la Asociación Nacional San Pablo en Italia Luisa Aspi, que, durante el Año Paulino, ha asistido a los peregrinos en la basílica, explicándoles el signif icado de la llama Paulina.
“Este año ha crecido mucho el número de peregrinos –destacó-. Se ve muchísima fe, muchas personas dejan una pequeña vela con lágrimas en los ojos”.
“Por aquí han pasado personas de todo el mundo: japoneses, chinos, coreanos, españoles, alemanes, ingleses, franceses, italianos, polacos, latinoamericanos, estadounidenses,... ”, testimonió Luisa.
“Para mí, San Pablo es un personaje importantísimo porque representa una persona que, a pesar de no haber visto lo que vieron los apóstoles, logró transmitir un espíritu grandísimo del cristianismo”, dijo.
“Nos ha enseñado a permanecer en la vía recta y a no dejarnos atrapar por las cosas más ligeras que al final no sirven”, concluyó Luisa.
Una vez finalizadas las Ví speras, el Papa atravesó la Puerta Paulina, la cual permanecerá abierta, igual que el acceso a la tumba del Apóstol de las Gentes, tras el final del Año Paulino.
Por Carmen Elena Villa
El Congreso Peruano distingue a un obispo por su labor apostlica y caritativa
Monseor Luis Snchez Moreno Lira, arzobispo emrito de ArequipaLIMA domingo, 28 junio 2009 (ZENIT.org).- "La primera obligación que tengo hoy es agradecer y pedirle a ese Dios bueno que sigamos siendo capaces de salir adelante en estos momentos críticos que estamos viviendo en el país", aseguró monseñor Luis Sánchez Moreno Lira, arzobispo emérito de Arequipa, al recibir la medalla de Honor del Congreso de la República del Perú, en el grado de Comendador, por su fecunda labor pastoral en las ciudades de Chiclayo, San Vicente de Cañete y Arequipa.
La ceremonia privada estuvo presidida por el cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, arzobispo de Lima, y la congresista Fabiola Morales Castillo, tercera vicepresidenta del Congreso, quien le otorgó la medalla, después de resaltar las labores apostólicas, educativas y asistenciales a favor de los más pobres en los lugares en los que ha trabajado.
Monseñor Sánchez ha promovido la construcción de comedores populares, asilos de ancianos y cunas infantiles. Ha dado un especial impulso a los seminarios diocesanos en Cañete, Chiclayo y Arequipa, lugares en los que desarrolló su labor episcopal.
Durante su discurso de agradecimiento el prelado se refirió también a la situación difícil que en los últimos días ha enfrentado su país: "Como cristiano, peruano y arequipeño contemplo con pesar cómo se pone en riesgo el fruto del trabajo de muchos habitantes de este país".
Y exhortó a que cada quien pueda trabajar para b uscar ante esto una salida: "Hay toda una labor destructora que tenemos que denunciar, pero nosotros tenemos fe en Dios de que podemos hacer lo que tenemos que hacer para defender la civilización cristiana, peruana -y arequipeña- en el hogar y el trabajo, en toda la sociedad y en la Iglesia".
Por su parte el congresista Víctor Andrés García Belaunde, quien propuso el otorgamiento de la medalla de honor, resaltó el servicio a la comunidad que ha brindado Mons. Sánchez Moreno, especialmente los 28 años que fue Obispo Prelado de Cañete, donde impulsó y desarrolló el Instituto Pedagógico de esa ciudad, el Santuario de Nuestra Señora Madre del Amor Hermoso, y la predicación constante de la santificación del trabajo ordinario, siguiendo el espíritu de san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei.
"Construir el Santuario de Nuestra Señora Madre del Amor Hermoso en San Vicente de Cañete parecía una labor imposible, por el momento en el que se decidió levantarlo", testimonió el prelado.
"El Señor estuvo de por medio, nos ama con locura. El esfuerzo humano -fuimos leales con el Señor y con su Madre santa María- y la gracia de Dios, a pesar de los pesares, hicieron posible que el esfuerzo de los sacerdotes y laicos de Cañete levantaran el Santuario de Nuestra Señora Madre del Amor Hermoso, fruto del poder de Dios, que tanto ha servido y sirve a los fieles", recordó.
Cañete es una población ubicada a 92 kilómetros al sur de Lima. Allí se encuentra la imagen de la Madre del Amor hermoso, elaborada por el escultor español Manuel Caballero, y donada en 1964 por San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei.
Su santuario está construido a la en trada de esta localidad el cual puede albergar a miles de personas y al que se le añadió un hermoso retablo de madera tallada, de estilo colonial.
Monseñor Sánchez Romero hizo también un llamado a no desanimarse en la misión de evangelización: "Podemos tener la sensación de que todo lo que hemos hecho, con muy buena voluntad, es solamente un mamarracho, pero debemos ser muy optimistas".
"Seamos hombres y mujeres recios que sepan defender lo que es necesario en un mundo donde hay un evidente declive moral, descenso familiar y pobreza espiritual. Seamos muy optimistas, a pesar de los pesares, y el Señor pondrá el incremento a nuestro esfuerzo; y la Iglesia y el Perú seguirán desarrollándose, y sus habitantes continuarán mejorando", concluyó el obispo.
Por su parte el congresista Víctor Andrés García Belaunde, q uien propuso el otorgamiento de la medalla de honor, resaltó el servicio a la comunidad que ha brindado Mons. Sánchez Moreno, especialmente los 28 años que fue Obispo Prelado de Cañete, donde impulsó y desarrolló el Instituto Pedagógico de esa ciudad, el Santuario de Nuestra Señora Madre del Amor Hermoso, y la predicación constante de la santificación del trabajo ordinario, siguiendo el espíritu de san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei.
"Construir el Santuario de Nuestra Señora Madre del Amor Hermoso en San Vicente de Cañete parecía una labor imposible, por el momento en el que se decidió levantarlo", testimonió el prelado.
"El Señor estuvo de por medio, nos ama con locura. El esfuerzo humano -fuimos leales con el Señor y con su Madre santa María- y la gracia de Dios, a pesar de los pesares, hiciero n posible que el esfuerzo de los sacerdotes y laicos de Cañete levantaran el Santuario de Nuestra Señora Madre del Amor Hermoso, fruto del poder de Dios, que tanto ha servido y sirve a los fieles", recordó.
Cañete es una población ubicada a 92 kilómetros al sur de Lima. Allí se encuentra la imagen de la Madre del Amor hermoso, elaborada por el escultor español Manuel Caballero, y donada en 1964 por San Josemaria Escrivá, fundador del Opus Dei.
El Santuario está construido a la entrada de esta localidad el cual puede albergar a miles de personas y al que se le añadió un hermoso retablo de madera tallada, de estilo colonial.
Monseñor Sánchez Romero hizo también un llamado a no desanimarse en la misión de evangelización: "Podemos tener la sensación de que todo lo que hemos hecho, con muy buena voluntad, es solamente un mamarracho, pero debemos ser muy optimistas".
"Seamos hombres y mujeres recios que sepan defender lo que es necesario en un mundo donde hay un evidente declive moral, descenso familiar y pobreza espiritual. Seamos muy optimistas, a pesar de los pesares, y el Señor pondrá el incremento a nuestro esfuerzo; y la Iglesia y el Perú seguirán desarrollándose, y sus habitantes continuarán mejorando", concluyó el obispo.
Un estudio detalla el alto coste econmico del divorcio
As como el impacto en los niosROMA, domingo, 28 junio 2009 (ZENIT.org).- Las rupturas familiares están causando anarquía social, según palabras del juez inglés Paul Coleridge. Juez decano de familia en Inglaterra y Gales, dirigió un discurso a la organización Family Holiday Association el 17 de junio.
Coleridge acusaba a las madres y padres de no confiar los unos en los otros enzarzándose en un juego de "adelantar al otro" que ha dejado a millones de niños "marcados de por vida", según un reportaje del periódico Daily Mail del 17 de junio.
En su discurso de apoyo a la familia, Coleridge pedía un cambio de actitud, de modo que la destrucción de una familia atraiga un estigma social.
"Lo que es motivo de preocupación privada cuando ocurre a pequeña escala se convierte en motivo de preocupación pública cuando alcanza proporciones de epidemia", añadía.
La dimensión pública de las rupturas matrimoniales ha sido el tema de un reciente informe del Institute of Marriage and Family Canada. Titulado, "Opciones Privadas, Costes Públicos: Cómo nos cuestan a todos las Familias Rotas", el instituto detallaba el impacto económicos del fracaso matrimonial.
El estudio hacía una estimación del coste de las rupturas familiares en relación al gasto del gobierno para el año fiscal 2005-2006. El impacto sobre el presupuesto de las ayudas a las familias rotas suma cerca de 7.000 millones de dólares canadienses al año (6.100 millones de dólares).
El informe también destacaba cómo las rupturas matrimoniales tienen un impacto económico especialmente dañino en las mujeres, llevándolas a lo que se denomina "feminización de la pobreza".
Aunque el estudio se centraba en el coste económico del fracaso familiar, también reconocía el impacto en los hijos. El divorcio no sólo está ligado a la pobreza, sino que un gran cuerpo de investigaciones demuestra que los niños se crían mucho mejor en un hogar casado y con los dos padres, apuntaba el instituto.
Impacto social
"Cuando las familias fracasan, como con tanta frecuencia ocurre hoy en día, nos queda al resto de nosotros, a través de las agencias e instituciones del gobierno, el pagar estos fracasos", comentaba el informe.
Las rupturas familiares van mucho más allá del divorcio, apuntaba el estudio. Incluye a l as parejas que cohabitan, a las madres solteras que nunca se casaron o nunca vivieron con los padres de sus bebés.
El informe observaba que algunos afirman que la estructura familiar no importa. Sin embargo, la vida familiar no es sólo una opción del consumidor, y el instituto argumentaba que, dado el impacto económico de tales decisiones, es perfectamente legítimo que los gobiernos estén preocupados por el futuro de la vida familiar. Estas opciones son mucho más que un asunto privado, puesto que son una parte vital de la sociedad, afirmaba el estudio.
Aunque los programas del gobierno pueden ofrecer algún apoyo, son un pobre sustituto de una vida familiar sólida. El instituto citaba un informe del 2005 que consideraba la situación de las personas con ayudas sociales en la provincia de New Brunswick.
En el estudio, las personas comentaban la gran pérdida de autoestima y la sensación de desamparo por depender de la ayuda social. El instituto añadía que las rupturas familiares llevan a lo que se ha descrito como las tres Des: "disolución, disfunción y falta de ‘dad' (papá)".
Este informe canadiense hacía referencia a un estudio publicado en el 2007 en el Reino Unido que examinaba el problema de la pobreza. En gran medida, concluía el estudio británico, han fallado los intentos del gobierno de aliviar la pobreza y la pobreza de quienes viven al margen de la sociedad, por el contrario, se ha vuelto más difícil de erradicar.
La ruptura de las estructuras familiares ha jugado un significativo papel en el problema de la pobreza en el Reino Unido, observaba el estudio, llevando a la conclusión de que las parejas casadas y comprometidas llevan a los mejores resultados tanto para niños como para adultos.
El estudio canadiense admitía que las familias intactas también necesitan ayuda del estado a través de la asistencia social y de subsidios. La proporción de quienes necesitan este tipo de ayudas es, no obstante, mucho más baja que en las familias mono parentales.
Impacto en los hijos
El Instituto comentaba que, cuando se liberalizó la ley del divorcio en Canadá, se asumió, en general, que lo que era bueno para los padres sería bueno para los hijos. Con posterioridad, la investigación empírica ha demostrado que este no es siempre el caso.
"Que las parejas esté casadas o no es, según muchos estudios sociales, un elemento de predicción notablemente exacto del resultado para los niños, incluso cuando se excluyen los factores económicos", indicaba el informe.
Toda una serie de parámetros sociales, como el consumo de drogas, los resultados académicos, la salud y la felicidad, se ven afectados por las estructuras familiares. Tanto a niños como a adultos les va mucho mejor en una situación de matrimonio estable.
"El punto a debatir no es si la falta de los dos progenitores casados importa de cara a los hijos sino más bien qué se puede hacer cuando esto ocurre", comentaba el informe.
Desgraciadamente, continuaba el estudio, la proporción de familias con los dos progenitores casados está disminuyendo de modo inequívoco, mientras aumenta el número de parejas de hecho y hogares mono parentales. Esta tendencia es también perjudicial para la estabilidad económica, apuntaba el informe, dado que los adultos casados tienden a participar de modo más pleno en la economía y a generar más ingresos por impuestos.
Carga económica
El informe observaba que las opiniones difieren en cuanto al porqué ser parte de una pareja casada trae consigo ventajas económicas. Algunos especulan que el matrimonio promueve una mayor responsabilidad en ambos esposos, mientras que otros consideran explicaciones económicas, como por ejemplo la capacidad de ambos cónyuges de especializarse y dividirse las muchas tareas de provisión y cuidado de una familia según sus propios talentos y capacidades.
Sea cual sea la razón lo cierto es que hay un impacto económico. El instituto se refería a diversos estudios internacionales sobre el coste de las rupturas familiares. Un informe de 2009, de la British Relationships Foundation, descrita como un think tank independiente dedicado a la promoción y mejora de las relaciones para una sociedad más fuerte, ponía el coste de las rupturas familiares en 37.030 millones de libras (61.070 millones de dólares) al año.
Otro informe, este del Centre for Social Justice de Londres, ponía el coste de las rupturas familiares en el Reino Unido en una tasa anual de 20.000 millones de libras (32.000 millones de dólares).
Volviendo a Canadá, el instituto calculaba que si el número de rupturas familiares se pudiera reducir a la mitad, los costes directos de ayuda a la pobreza para familias rotas y mono parentales podría reducirse para los contribuyentes en 2.000 millones de dólares canadienses (1.760 millones de dólares) al año.
Los datos del censo canadiense muestran que las familias con ambos progenitores son las menos dependientes de la ayuda del gobierno, los hogares con sólo el padre son más dependientes, y los hogares con sólo la madre los más dependientes.
Más feliz y más sano
Además, dicha reducción también disminuiría el sufrimiento y el trauma de la ruptura fami liar. "Los miembros de las familias que permanecen intactas serían más felices, más sanos y más ricos, pero también hay beneficios que se extienden más allá de las mismas familias", añadía el informe.
Para florecer, la sociedad necesita de familias sanas. "Los barrios en los que los modelos de varón adulto son escasos contribuyen a la cultura del machismo, la violencia y la irresponsabilidad de los jóvenes que daña incluso a los niños que viven con ambos progenitores", indicaba.
El instituto concluía el informe con una lista de recomendaciones. Iban desde la educación al matrimonio en los institutos hasta la información sobre los beneficios públicos del matrimonio, y los costes del divorcio.
El informe también pedía al gobierno que publicara datos más claros sobre cuánto se gasta en apoyar a las p arejas de hecho y a los hogares mono parentales. También recomendaba reformar el sistema impositivo para aliviar a las parejas casadas.
Es necesario que los gobiernos comprendan la diferencia entre matrimonio y pareja de hecho, y que promuevan el matrimonio por todas las ventajas que ofrece frente a la cohabitación, indicaba el estudio. Puntos válidos fundados en fuertes evidencias empíricas.
Por el padre John Flynn, L. C., traducción de Justo Amado
Un ao que muestra la profundidad del sacerdocio
Entrevista con el rector general de los sacerdotes de SchoenstattROMA, domingo, 28 junio 2009 (ZENIT.org).- Monseñor Peter Wolf, rector general del Instituto de los Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt, en esta extensa entrevista con motivo del Año Sacerdotal, habla sobre el significado del mismo y sobre el nuevo libro con textos del fundador de esa familia religiosa, el padre Joseph Kentenich.
--El viernes 19 de junio comenzó el Año Sacerdotal ¿Qué expectativas tiene usted en este acontecimiento como representante de una comunidad sacerdotal extendida en todo el mundo?
--Monseñor Wolf: En un primer momento, como sucedió con el año paulino, me sorprendi&o acute; que el Papa Benedicto, en marzo de este año, anunciara un Año Sacerdotal, una inspiración del Espíritu Santo. En primer lugar, tengo la expectativa de que sea un año que dé aliento a muchos sacerdotes. Deseo que capte a muchos hermanos de mi comunidad, de otras agrupaciones sacerdotales y movimientos de la Iglesia, y que tal como lo hizo el año paulino, despierte creatividad y vida. En resumen, espero que para muchos miembros de la Iglesia el servicio sacerdotal sea totalmente comprendido en el sentido del Concilio, como servicio al sacerdocio común de todos los bautizados, y que cada vez más pueda ser experimentado así.
--El cardenal Claudio Hummes escribió una extensa carta a los sacerdotes con motivo de este Año Sacerdotal. ¿Qué es lo que más le ha movido, en lo personal, de esta carta?
--Monseñor Wolf: Me ha llegado, en esta carta del Cardenal Hummes, el hecho de que habla de un "año positivo", en el que la Iglesia quisiera mostrar que está orgullosa de sus sacerdotes y agradecida por el servicio que prestan. Ciertamente también menciona los errores de los sacerdotes - hasta la culpabilidad punible - pero esto no supera el gran compromiso y los testimonios positivos de la vida de la inmensa mayoría de los sacerdotes.
--El Cardenal Hummes invitó a celebrar en cada lugar el comienzo del Año Sacerdotal. ¿Cómo ha sido en Schoenstatt la apertura de este Año?
--Monseñor Wolf: En Schoenstatt hicimos la apertura del Año Sacerdotal en la Sta. Misa de Alianza, en la víspera de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. Presidió la Eucaristía el padre Franz Brügger, superior provincial de los Padres de Schoenstatt en Alemania y presidente de la presidencia nacional. En esta ocasión invitó a la Familia de Schoenstatt a participar de la celebración del Año Sacerdotal.
--En esta carta, el Cardenal invita también a presentar figuras sacerdotales ejemplares de las parroquias y comunidades. ¿Qué personalidades sacerdotales recuerda usted espontáneamente? ¿Qué podrían indicar ellos a los sacerdotes y a toda la Iglesia? ¿Qué sacerdote es un ejemplo para usted?
--Monseñor Wolf: Estoy convencido de que todas las diócesis podrán destacar, hasta en su historia más reciente, figuras sacerdotales valiosas y hasta sobresalientes. Pienso que valdría la pena conservar la memoria de tales sacerdotes ejemplares y, por ejemplo, presentar cada mes uno de esos modelos sacerdotales en los boletines diocesanos. Espontáneamente tengo ante mí el testimonio de la vida del Padre José Kentenich, el fundador de la Obra de Schoenstatt y de mi comunidad sacerdotal. Sus expresiones y su servicio sacerdotal me muestran muchos aspectos del ser sacerdotal y es el modelo para mi propio sacerdocio. Pienso también en el beato Carlos Leisner, que fue ordenado sacerdote en el campo de concentración de Dachau. Su lucha en torno a la decisión de abrazar la vocación sacerdotal es un ejemplo para mí, y puede ser una gran ayuda justamente para los jóvenes y los seminaristas en lo referente a la cuestión de la vocación.
--Usted ha editado un libro para el Año Sacerdotal. ¿De qué trata? ¿Qué es lo que lo ha movido a hacerlo justamente ahora?
--Monseñor Wolf: Antes de conocer la intención del Santo Padre de convocar a un Año Sacerdotal, había comenzado - junto con mis hermanos en el sacerdocio de mi Instituto - a recopilar textos con testimonios de nuestro fundador sobre el sacerdocio, con motivo del centenario de la ordenación sacerdotal del Padre Kentenich (8 de julio de 1910). Son textos de un gran educador sacerdotal. En los años '30 un tercio del clero alemán participó en los ejercicios espirituales dados por él. Para la selección de los textos tuve especialmente en cuenta a hermanos en el sacerdocio que buscaran material para reflexionar personalmente sobre su servicio sacerdotal. Fue una feliz disposición de la divina Providencia que este libro ya estuviera planeado previamente y que esté disponible ahora, en el comienzo del Año Sacerdotal. El libro se titula: "Llamado, consagrado, enviado" y lo ha publicado la Editorial Schoenstatt.
--¿Cuáles son los temas más importantes que se mencionan en este libro, sobre todo teniendo en cuenta el Año Sacerdotal?
--Monseñor Wolf: En este libro se encuentran textos sobre las expectativas desafiantes y controvertidas que hay sobre el sacerdote, explicaciones sobre la cuestión de la comprensión sacerdotal de sí mismo, como también sobre la vida espiritual y el estilo de vida de los sacerdotes. Quizás pueda mencionarle sencillamente alguno de los títulos: Expectativas ante el sacerdote. Participación en el sacerdocio de Cristo. Una misión profundamente profética. Orientación en el Buen Pastor. El sacerdote y la Virgen María. El sacerdote no va solo. Disponible para las nuevas vocaciones...
--¿En qué idiomas aparecerá este libro?
--Monseñor Wolf: A partir de los primeros ecos sobre el libro dentro del Movimiento de Schoenstatt sé, hasta ahora, de las siguientes iniciativas: en Chile, los Padres de Schoenstatt han comenzado a traducirlo al español. En Brasil, las Hermanas de María planean traducirlo al portugués. En Estados Unidos se está haciendo una versión en inglés y en Burundi emprendieron la traducción al francés.
--¿Qué forma le darán al Año Sacerdotal las comunidades sacerdotales de Schoenstatt?
--Monseñor Wolf: Las comunidades sacerdotales schoenstattianas ya habían planeado, antes del anuncio de Roma, celebrar el año que viene a la luz del centenario de la ordenación sacerdotal de su fundador. Tienen la intención de aprovechar este año para reflexionar sobre el sacerdocio y sobre su misión original. En vistas a este jubileo se han planeado también dos publicaciones más: la primera es un libro de testimonios sobre el sacerdote José Kentenich y la segunda una publicación científica, con reflexiones sobre el sacerdocio. En nuestras comunidades sacerdotales se han previsto los ejercicios espirituales de este año como una reflexión sobre la gracia y el desafío de la consagración sacerdotal.
Esta recopilación de textos aspira a ser una ayuda para la meditación personal, pero también a servir como tema de conversación en los grupos y cursos de las comunidades. Un grupo de planificación está trabajando para hacer posible que muchos de nuestros hermanos sacerdotes de todo el mundo, participen en el gran encuentro de cierre del Año Sacerdotal, que se hará con el Santo Padre en la plaza de San Pedro. Además, en un trabajo conjunto con los sacerdotes del Movimiento de los Focolares, hemos tomado la iniciativa de organizar un gran congreso en Roma que ponga en marcha un intercambio espiritual internacional entre los sacerdotes. En Schoenstatt celebraremos el cierre del Año Sacerdotal en el contexto del centenario de la ordenación sacerdotal de nuestro Fundador. Celebraremos su aniversario en la catedral de Limburgo con el obispo diocesano, Mons. Dr. Tebartz van Elst, y estamos invitados a la Casa Misional de los Padres Pallottinos, donde el Padre Kentenich recibió la ordenación sacerdotal el 8 de julio de 1910.
--¿Cuál cree usted que es la meta central para la imagen del sacerdote en estos tiempos?
--Monseñor Wolf: Pienso que va a ser importante que los sacerdotes, con su servicio y su ser sean testigos de Dios y le abran su horizonte. Su tarea de ser constructores de puentes gana aun más actualidad en un mundo secular donde se pierde la vista de la realidad sobrenatural.
--¿Cuál considera usted que es el mensaje central del Padre Kentenich para los sacerdotes de hoy?
--Monseñor Wolf: En su ser sacerdotal el Padre Kentenich se orientó marcadamente en San Pablo, por lo que invitó con frecuencia a sus hermanos en el sacerdocio a concurrir a la escuela de San Pablo. Su autoconciencia como sacerdote muestra marcados rasgos paulinos y proféticos. Comprendió al sacerdote no en primer lugar - o exclusivamente - por su destacada función en la liturgia, sino como alguien impulsado como San Pablo a ser portador de vida como un padre o una madre: en la fundación de comunidades y en el suscitar nueva vida cristiana. Para el Padre Kentenich el sacerdote está llamado a servir en forma abnegada a la vocación al sacerdocio general de todos los bautizados y a la vocación especial de cada individuo. En mi opinión, el Padre Kentenich nos alentó a que comprendamos el Año Sacerdotal como una continuación del Año Paulino, y a que hagamos fructífera esta línea de enlace. Esta época es parecida en muchos aspectos a la de san Pablo, se necesita una imagen sacerdotal acentuadamente paulina, en la que luzcan fuertemente los rasgos misioneros y proféticos.
--Usted conoció personalmente al Padre Kentenich ¿cuál es su recuerdo más fuerte de él como sacerdote?
--Monseñor Wolf: Si usted me pregunta por mis vivencias personales con el Padre Kentenich, me llama la atención el hecho de que nunca estuve con él en una celebración eucarística, sino únicamente lo recuerdo en un encuentro de grupo o en una conferencia dada a un gran círculo. Sin embargo siempre fue claro para mí: encontré un sacerdote convencido que vive para Dios y su mundo. Siendo estudiante, me llamó la atención una frase en los escritos del Padre Kentenich: la "realidad de lo sobrenatural". Él fue para mí, en forma creciente, un testigo creíble de la realidad de la fe. Siguió su camino con el Dios de la vida de un modo realista, sobrio, con fe en la Providencia, y esto durante toda su vida. Su manejo de los desafíos de su vida hasta en el campo de concentración y el exilio, fue para mí una confirmación de su credibilidad. La vinculación interior con este testigo de la fe, me ayuda a creer en Dios y animar así a los demás. ¿Se puede decir algo más hermoso de un sacerdote?
La Congregacin para los Santos cumple 40 aos (II)
Entrevista con el cardenal Jos Saraiva Martins, prefecto emritoROMA, domingo, 28 junio 2009 (ZENIT.org).- ¿Cómo proclama la Iglesia beato o santo a un bautizado?. El cardenal José Saraiva Martins, prefecto emérito de la Congregación para las Causas de los Santos, responde a este pregunta que muchos creyentes y no creyentes se hacen.
En la segunda parte de esta entrevista concedida a ZENIT (Cf. La Congregación para los Santos cumple 40 años (I), 26 de junio), el purpurado presenta los requisitos, así como el procedimiento para las causas de beatificación y canonización.
La conversación tuvo lugar con motivo del 40 aniversario de este dicasterio vaticano, fundado por el Papa Pablo VI, que antes dependía de la Sagrada Congregación para los Ritos.
De la m uerte a la canonización
Para iniciar todo proceso de canonización, se debe tener en cuenta un primer elemento fundamental: la fama de santidad.
Este requisito es “la convicción de los miembros de esa comunidad local de que esta persona era santa”, asegura el cardenal.
“La comunidad es la que decide; ¡los laicos dan el primer paso! –explica-. El obispo no hace más que verificar si esta fama de santidad de la que hablan los laicos tiene un fundamento verdadero”.
Nadie suele pensar que una canonización es la conclusión de un proceso que han iniciado los laicos”, dice el purpurado.
Así se inicia la fase diocesana en la que se examina su vida y se busca reunir documentos, escritos, favores recibidos y testigos que demuestren que el siervo de Dios (así se le comienza a llamar cuando se inicia esta fase) vivió en grado heroico las v irtudes cristianas y su fama de santidad.
Una vez aprobada esta fase, empieza la llamada fase romana. En ella, se estudian los testimonios y la documentación que tienen que ver con la vida, las virtudes y el martirio (en caso de que haya sido asesinado a causa de su fe) del siervo de Dios.
Generalmente, esta fase dura varios años y participan en ella una comisión de teólogos que posteriormente entrega la documentación, para una posterior revisión, a un grupo de cardenales y obispos, miembros de la congregación.
Si su voto es favorable, ellos hacen llegar al Papa la propuesta para que se aprueben las virtudes heroicas del siervo de Dios, que pasaría a ser reconocido como venerable.
Finalizado este proceso, comienza la investigación de un milagro, que generalmente consiste en la curación de una enfermedad.
Ésta debe ser de manera total, permanente y sin que exista ninguna explicación científica.
Para la canonización, basta con que se compruebe un segundo milagro, así como que se celebre un consistorio que ratifique la opinión de los cardenales y los obispos, con la aprobación del Papa, quien establece la fecha.
Un proceso que puede detenerse
Según el cardenal, los consultores y miembros de la congregación pueden archivar un proceso de canonización “si no hay verdaderas virtudes, si no aparece claro que se trata de una virtud heroica”.
Otra causa que puede detener el proceso es que la supuesta intercesión del santo no sea milagrosa porque la curación es explicable científicamente.
Una comisión de médicos, entre ellos creyentes y agnósticos, examinan el caso y afirman si es o no un milagro.
“La fe no tiene nada que ver, en este caso a la Iglesia sólo le interesa la verdad”, explica.
Se debe comprobar si la persona curada oró verdadera y exclusivamente a la persona que postula a los altares.
Por ello, debe aparecer un nexo efecto-causa entre el curado y el futuro santo: “Si no aparece este nexo causal, se detiene el proceso”, indica.
La causa podría retomarse con “ulteriores documentos” que prueben la heroicidad de las virtudes.
Niños en los altares
El cardenal Saraiva Martins explica a ZENIT que, entre los logros más significativos de estos 40 años de trabajo destaca la reforma realizada por Juan Pablo II en 1983, publicada en la carta apostólica Divinus perfectionis magister.
Entre los frutos de esta carta apostólica, se encuentra la posibilidad de beatificación de los niños no mártires.
“Ellos no podían s er beatificados porque, hasta ese momento, eran considerados incapaces de practicar las virtudes en grado heroico a causa de su desarrollo”, cuenta el purpurado.
Juan Pablo II nombró una comisión para estudiar el caso de los niños con fama de santidad, que concluyó que ellos también pueden practicar las virtudes en grado heroico, “no en el modo en que deberían hacerlo los adultos, sino en el modo apropiado al estado de los niños”.
“A la luz de este resultado, el Papa cambió la praxis”, añade.
Gracias a ello, en el año 2000, los pastorcitos de Fátima Francisco y Jacinta Marto fueron beatificados en su pueblo natal, convirtiéndose en los primeros beatos no mártires de la historia de la Iglesia.
“A pesar de que estaba prohibido beatificar a niños, habían llegado a Roma muchísimas cartas de t odo el mundo pidiendo la beatificación de los pastorcitos”, recuerda.
“Esto es muy interesante; ha hecho reflexionar a Roma y a la Santa Sede”, señala el prefecto emérito.
Mayor impulso a las Iglesias locales
El cardenal cuenta que una de las reformas que él impulsó en este dicasterio se refiere a la celebración de la ceremonia de beatificación en la propia diócesis en la que vivió el beato.
“El Concilio Vaticano II subraya la importancia de la Iglesia local –indica-. Entonces me pregunté: ¿Por qué no beatificar en la propia diócesis? Es un modo de aplicar el Concilio”.
Según el prefecto emérito, esta medida, “desde el punto de vista pastoral, ha sido muy oportuna”.
“Una beatificación hecha en el lugar, es, por sí misma, una invitación mu y fuerte del nuevo beato a sus conciudadanos –concluye-. Es como decir “yo soy vuestro”; a veces, algunos le conocían”.
Beatificación y canonización son hechos dogmáticos en los que está implicada la infalibilidad del Papa.
A ninguna persona que haya obtenido alguno de estos títulos le puede ser retirado.
Por ello, después de un arduo estudio, el milagro es la mejor prueba de la santidad y la intercesión divina de los santos.
Según el cardenal, el “deseo de tener una certeza absoluta" es un "sello que Dios pone para decir que alguien es santo”.
Por Carmen Elena Villa
Benedicto XVI: Presbteros dedicados a la Iglesia como esposos fieles
Intervencin con motivo del ngelusCIUDAD DEL VATICANO, domingo, 28 de junio de 2009 (ZENIT.org).- Publicamos las palabras que pronunció Benedicto XVI este domingo antes y después de rezar la oración mariana del Ángelus junto a los peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano.
* * *
Queridos hermanos y hermanas:
Con la celebración de las Primeras Vísperas de los santos Pedro y Pablo, que presidiré esta tarde en la basílica de San Pablo Extramuros, se cierra el Año Paulino, abierto en el segundo milenario del nacimiento del Apóstol de las gentes.
Ha sido un verdadero tiempo de gracia en el que, mediante las peregrinaciones, las catequesis , numerosas publicaciones y diversas iniciativas, la figura de San Pablo ha sido propuesta de nuevo en toda la Iglesia y su vibrante mensaje ha reavivado en todas partes, en las comunidades cristianas, la pasión por Cristo y por el Evangelio.
Demos, por tanto, gracias a Dios por el Año Paulino y por todos los dones espirituales que nos ha traído.
La divina providencia ha dispuesto que hace unos días, el 19 de junio, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, haya sido inaugurado otro año especial, el Año Sacerdotal, con motivo del 150º aniversario de la muerte –dies natalis- de Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars.
Un ulterior impulso espiritual y pastoral que –estoy seguro- traerá muchos beneficios al pueblo cristiano y especialmente al clero.
¿Cuál es la finalidad del Año Sacerdotal? Como he escrito en la carta especial que he enviado a los sacerdotes, busca contribuir a promover el esfuerzo de renovación interior de todos los sacerdotes para que su testimonio evangélico en el mundo de hoy sea más fuerte y eficaz.
El apóstol Pablo constituye al respecto un modelo espléndido a imitar, no tanto en la concreción de la vida –la suya, de hecho, fue realmente extraordinaria-, sino en el amor por Cristo, en el celo por el anuncio del Evangelio, en la dedicación a la comunidad y en la elaboración de eficaces síntesis de teología pastoral.
San Pablo es un ejemplo de sacerdote totalmente identificado con su ministerio –como lo será también el Santo Cura de Ars-, consciente de llevar un inestimable tesoro, que es el mensaje de la salvación, pero de llevarlo en un “recipiente de barro” (Cf. 2 Cor 4,7); por lo que él es fuerte y humilde al mismo tiempo y está íntimamente convencido de que todo es mérito de Dios, todo es gracia suya.
“El amor de Cristo nos posee –escribe el apóstol-, y esto bien puede ser el lema de cada sacerdote, que el Espíritu “encadena” (Cf. Hch 20,22) para hacer de él un fiel administrador de los misterios de Dios (Cf. 1 Cor 4, 1-2): el presbítero debe ser todo de Cristo y todo de la Iglesia, a la que está llamado a dedicarse con amor indiviso, como un esposo fiel a su esposa.
Queridos amigos, junto con la de los santos apóstoles Pedro y Pablo, invocamos ahora la intercesión de la Virgen María, para que obtenga del Señor abundantes bendiciones para los sacerdotes durante este Año Sacerdotal recién iniciado.
La Virgen, a quien San Juan María Vianney tanto amó e hizo amar a sus feligreses, ayude a cada sacerdote a reavivar el don de Dios que est&aacut e; en él en virtud de las Sagradas Órdenes, para que crezca en santidad y esté dispuesto a dar testimonio, si es necesario hasta el martirio, de la belleza de su total y definitiva consagración a Cristo y a la Iglesia.
[Al final de la audiencia, el Papa saludó a los peregrinos en varios idiomas. En español, dijo:]
Saludo con afecto a los fieles de lengua española, y de modo particular a los miembros del Instituto Misioneras y Misioneros Identes, venidos a Roma para dar gracias a Dios por la celebración del cincuenta aniversario de su fundación.
Invito a todos a fortalecer vuestra fe y esperanza, mediante el trato asiduo con Cristo en la oración, para llevar a todo el mundo el testimonio de vuestro amor a Dios. Feliz domingo.
[Traducción del original italiano por Patricia Navas
© Copyright 2009 - Libreria Editrice Vaticana]
CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 28 junio 2009 (ZENIT.org).- Con motivo de la fiesta de los santos Pedro y Pablo, Día del Papa, la redacción de ZENIT disfrutará de una jornada de descanso. ¡Feliz fiesta a todos!
Benedicto XVI: pleno apoyo al dilogo actual entre catlicos y ortodoxos
Discurso a la delegacin del patriarcado ecumnico de ConstantinoplaCIUDAD DEL VATICANO, domingo 28 de junio de 2009 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el discurso del Papa a la delegación del patriarcado ecuménico de Constantinopla, que se encuentra en Roma con ocasión de la festividad de los santos Pedro y Pablo y la conclusión del Año Paulino, al recibirla este sábado en audiencia en el Vaticano.
* * *
“Gracia a vosotros y paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo” (Ef. 1,2)
Venerables hermanos:
Con estas palabras, San Pablo, “apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios”, se dirige “a los santos” que viven en Éfeso y a los “fieles en Cristo Jesús” (Ef 1,1).
Hoy, con este anuncio de paz y de salvación, deseo darles la bienvenida en la fiesta patronal de los santos Pedro y Pablo con la que vamos a concluir el Año Paulino.
El año pasado, el Patriarca ecuménico, Su Santidad Bartolomé I, quiso honrarnos con su presencia para celebrar juntos la inauguración de este año de oración, reflexión e intercambio de gestos de comunión entre Roma y Constantinopla.
A su vez, nosotros tuvimos la alegría de enviar una delegación a las celebraciones análogas organizadas por el Patriarcado ecuménico.
No podía ser de otra manera en este año consagrado a San Pablo, que recomienda encarecidamente "conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz” y nos enseña que hay “un solo Cuerpo y un solo Espíritu” (Ef 4, 3-4).
Sed así bienvenidos, queridos hermanos que habéis sido enviados por Su Santidad el Patriarca ecuménico al cual, a su vez, llevaréis mi saludo caluroso y fraterno en el Señor.
Juntos, nosotros daremos gracias al Señor por todos los frutos y los beneficios que nos ha aportado la celebración de los dos mil años del nacimiento de San Pablo.
Nosotros celebraremos en la concordia la fiesta de los santos Pedro y Pablo, los protòthroni de los apóstoles, tal y como los invoca la tradición litúrgica ortodoxa, es decir, los que ocupan el primer puesto entre los apóstoles y son llamados “maestros de ecumene”.
Por vuestra presencia, que es signo de fraternidad eclesial, nos recordáis nuestro compromiso común en la búsqueda de la plena comunión.
Ya lo sabé ;is, pero me complace hoy volver a confirmar que la Iglesia católica está decidida a contribuir de todas las maneras que le sea posible al restablecimiento de la plena unidad, en respuesta a la voluntad de Cristo para sus discípulos y conservando en la memoria la enseñanza de Pablo que nos recuerda que hemos sido llamados “a una misma esperanza”.
En esta perspectiva, podemos entonces considerar con confianza el buen desarrollo de los trabajos de la Comisión mixta internacional para el diálogo teológico entre los ortodoxos y los católicos.
Ésta se reunirá el próximo mes de octubre para afrontar un tema crucial para las relaciones entre Oriente y Occidente, el de la “función del obispo de Roma en la comunión de la Iglesia durante el primer milenio”.
El estudio de este aspecto es indispensable para poder profundizar globalmente en e sta cuestión en el marco actual de la búsqueda de la plena comunión.
Esta comisión, que ya ha realizado un importante trabajo, será generosamente recibida por la Iglesia ortodoxa de Chipre a la que expresamos desde ahora toda nuestra gratitud por su acogida fraterna y el clima de oración que envuelve nuestras conversaciones y facilitarán nuestra labor y la comprensión mutua.
Deseo que los participantes en el diálogo católico-ortodoxo sepan que mis oraciones les acompañan y que este diálogo tiene el pleno apoyo de la Iglesia católica.
De todo corazón, espero que los malentendidos y las tensiones producidas entre los delegados ortodoxos en las últimas sesiones plenarias de esta comisión sean superadas en el amor fraterno de manera que este diálogo cuente con mayor representación ortodoxa.
Muy queridos hermanos, qu iero volver a daros las gracias por estar entre nosotros este día y quiero pediros que transmitáis mi saludo fraterno al Patriarca ecuménico Su Santidad Bartolomé I, al Santo Sínodo y a todo el clero, así como al pueblo de los fieles ortodoxos.
Que el gozo de la fiesta de los santos Apóstoles Pedro y Pablo que nosotros celebramos tradicionalmente el mismo día, llene vuestros corazones de confianza y de esperanza.
[Traducción del original francés realizada por Patricia Navas
© Copyright 2009 - Libreria Editrice Vaticana]
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